Los sueños y los propósitos, para que no queden como buenos deseos, según Álvaro Niel, el biclclown, que dio dos veces la vuelta al mundo en bicicleta, no se sabe si son posibles, hasta intentarlos, y yo digo, además, con fuerza de voluntad, creatividad, inteligencia y persistencia.
Si lo desea, subraye los que le parecen razonables y si le sirven desde ya me alegro:
1. Decir ¡NO! cuando no se está de acuerdo con algo y no seguir diciendo, “Sí”, para evitar problemas, disgustos e inconvenientes.
2. Decidir según la conveniencia más relevante a medio plazo, a pesar de los desacuerdos.
3. Aplicar el sentido común, la lógica y la ética en la toma de decisiones.
4. Seguir amando a este país como lo hemos amado desde niños y sentirnos orgullosos de ser salvadoreños.
5. Continuar creyendo en nosotros y que a largo plazo y al margen de lo político, El Salvador con su gente trabajadora tiene futuro y es posible aquí, el sueño salvadoreño.
6. Apostar empresarialmente a la inversión en innovación tecnológica y al mismo tiempo, a la educación, la formación y capacitación de los empleados.
7. Prepararnos conceptualmente, en la casa y en la empresa, para reorientar la visión, la misión, los valores y los hábitos hacia la sostenibilidad, en la selección, compra y uso de productos menos contaminantes y menor huella ecológica, entendiéndola, como la suma de la emisión de CO2 y el consumo de agua para su fabricación.
8. Continuar preparándonos en la especialidad de cada uno y en el aprendizaje y aplicación de las nuevas tecnologías relacionadas.
9. Impulsar y apoyar la transición energética de los combustibles fósiles a las energías limpias.
10. Si es empresario, aplicar la responsabilidad social empresarial, diversificando su empresa hacia el reciclaje y la producción circular, creando fuentes de trabajo y fabricando aquí productos sencillos de fabricar y que se importan de países lejanos.
11. Priorizar la compra de productos fabricados aquí y recuperar el “Made in en El Salvador”.
12. Recuperar la soberanía alimentaria salvadoreña con nuestra dieta tradicional que no produce obesidad.
13. Depurar y descontaminar el léxico de falsas creencias, revisar los valores y reajustar los hábitos hacia el respeto a las leyes fundamentales, las instituciones, las autoridades y el conciudadano.
14. Reaprender la lectura de libros y reducir la dependencia de las redes sociales.
15. Reducir las prisas, recuperar la alegría, el buen humor y el valor, el respeto y el amor a la vida.
16. Priorizar la prevención y la calidad como el fundamento del sentido común.
17. Reducir las restricciones mentales de autoculpa y culpar a otros, y aceptando la realidad de cada uno, superarse.
18. Organizarse, aplicar la autogestión y la gestión del tiempo para disponer de dos horas al día, para mantenerse en forma física y mental, hacer ejercicio y alimentarse adecuadamente.
19. Seguir amando y dejándonos amar, por las personas que amamos y nos aman.
20. Fortalecer la amistad con los pocos, pero buenos amigos. 21. Priorizar la calidad de vida propia y la del entorno, cuidando las finanzas y el endeudamiento.
La lista puede seguir, pero si de los propósitos mencionados u otros se seleccionan los más convenientes para las circunstancias de cada uno, la vida y las cosas se conducirán por un camino predeterminado. Si no se tienen propósitos puede ser, que en el 2024 se vaya como un barco a la deriva y se llegue a situaciones no deseadas, que pudieron haberse evitado.
Con los propósitos, lo mejor es asumirlos como saltos de calidad, en lo personal y en lo profesional, para que el 2024 sea nuestro mejor año.
Pedro Roque / pedroroque.net
Todo es más fácil y más sencillo con sentido común.