Se dice que Bukele tiene el 90% de aprobación, que valora como bueno el rumbo que lleva el país, lo que repetido por miles de troles y otros medios bien pagados, auguran una aplastante victoria para demostrar que el inquilino de CAPRES, que desprecia la Constitución que tajantemente prohíbe la reelección, está muy cómodo manejando el país como su finca, y que el pueblo clama por su permanencia en el poder.
Pero ante el actual panorama, surge la duda si los descontentos que lo rechazan son un 3%. ¿Votarán por él los miles de salvadoreños que sufren por la captura injusta de un ser querido inocente? ¿Y que están enjaranándose para llevar los paquetes, que no les entregarán? ¿Y los del MOVIR perseguidos y acosados por las autoridades por exigir la liberación de sus hijos, su paradero, o la explicación de las torturas sufridas en prisión? ¿Y las que lo recibieron dentro de un ataúd sellado?
¿Votarán por NI los líderes de Santa Marta, hombres y mujeres organizados para defender el agua que han cuidado y oponerse a un intento de ley que pretende permitir la minería? ¿Cuál es la razón por la que están presos sin haber cometido ningún delito, y que su pueblo se vea intimidado por una militarización innecesaria pero prepotente? ¿Le darán su voto los maestros, cuyas justas exigencias sobre revisión salarial no han sido escuchadas? ¿Y que deben poner de su bolsa para comprar lo más elemental para impartir sus clases en las escuelas ruinosas, sin los más básicos servicios? ¿Y los padres de familia que están pagando una cuota para comprar los víveres que el estado tiene obligación de suplir para el refrigerio escolar y que cada día va más escaso?
¿Esperan los de NI que los médicos votarán por ellos tras haberlos tratado como delincuentes? A un gremio que con sacrificio de su tiempo y de sus familias hacen milagros para suplir con pericia y caridad las carencias dramáticas del sistema de salud. ¿Las dos médicas que vieron truncado su futuro por un comentario y los compañeros despedidos por abogar por ellas? ¿Y las familias que perdieron a sus familiares en la pandemia y se les ha negado el bono que en su momento se les prometió? El Colegio Médico que con valentía ha salido en defensa de su gremio y ni siquiera ha sido invitado a la mesa de dialogo que MINSAL tendrá con sus sindicatos afines, tampoco debe estar deseando que mediante su voto, Bukele siga en el poder.
¿Y los jóvenes que con esfuerzo se habían hecho acreedores a las becas FANTEL, al enterarse que desde que Bukele le cambió el nombre a Becas Dalton, para atribuirse otro éxito más, ya no podrán gozar de ese beneficio pues no hay asignación presupuestaria para mantenerlas? ¿Van a votar por quién injustamente les destruyó sus sueños y esperanzas futuras?
La lista es larga, y parece que el 90% tan cacareado se está desmoronando y que cada día más salvadoreños están abriendo los ojos para unirse al tan desprestigiado 3% con que el mandatario califica a los que no están de acuerdo con sus caprichos. Pero ante estos hechos surge una serie de preguntas: ¿Dónde están los $6.6 millones previstos de fondos FANTEL? ¿Por qué las escuelas están en tal lipidia si el MINED solo ha ejecutado un 15% del presupuesto para alimentación escolar? ¿Por qué hay tanta carencia en el sistema de salud cuando somos el único país del tercer mundo con un hospital que costó millones, vacío, cerrado y abandonado? Pareciera que el color cian se está volviendo color de hormiga, ante el evidente crecimiento del 3%.
Maestra.