Cada día acontecen situaciones más polémicas que la anterior, haciendo volar nuestra atención de una cosa a la otra. Normal pero triste porque, al enfocarnos en lo más novedoso, escandaloso o tenebroso, olvidamos rápidamente la situación anterior, que en su momento nos pareció gravísima.
Eso está sucediendo con los despilfarros gubernamentales y escándalos “diputadiles”. Pero no debería ser. La opinión pública debe mantener la protesta por los desmanes que vemos, ya que las autoridades no investigan, no llegan al fondo de las cosas ni deducen responsabilidades.
Afortunadamente, hay instituciones de la sociedad civil que dan seguimiento a situaciones aberrantes, como los miles de millones de dólares aprobados en préstamos, para determinados objetivos que jamás se han llevado a cabo, despilfarrándolos ofensivamente en aparentar que somos un país en desarrollo, cuando todos los índices que deberían catalogarnos como tal, bajan en picada, especialmente lo relativo a educación. Pero podemos “orgullecernos” por el helicóptero presidencial, inversiones multimillonarias y opacas en puertos y, ya no digamos, el alquiler de los 200 cajeros chivo, por ejemplo. Aunque los índices de pobreza sean los únicos que crecen.
Nos sorprendemos en el primer momento y pasamos a otro tema, que tampoco será investigado a fondo: los obligados préstamos de las AFPs y la banca privada al gobierno central, debe preocuparnos muchísimo, porque esos fondos son propiedad suya, mía, de cantidad de personas que, con su trabajo y el apoyo de empleadores, han ahorrado para su futuro. Pero estalló un escándalo en una cooperativa, y con eso se diluyó el tema del peligro latente para el sistema financiero en general. Y así, cada nuevo escándalo tapa al anterior, dejándolo vivo, sin resolver, empeorando más, pero oculto.
Ahora, la “diversión” está en la Asamblea Legislativa: no han podido elegir a los nuevos magistrados del TSE, posiblemente porque todavía no encuentran alguno con el grado de servilismo que requieren para este nuevo período. Pero sí han estado muy activos en francachelas que han llegado a los oídos y los celulares de muchísimas personas, con lo que el escándalo y la indignación se ha desatado. Y no sólo ha sido la denuncia concreta y valiente hecha por Claudia Ortiz y las palabras del mandante en una cadena nacional lo que desataron el avispero: siguió el problema con el ahora destituido presidente de ANDA, para llegar, en estos últimos días, al pleito del presidente de la Asamblea con Will Salgado, un antiguo aliado del mandante, ahora caído en desgracia. La diferencia es que otros, en la misma situación, han procurado ser prudentes o cobardes, Dios sabrá. Pero todos somos testigos de que el ex alcalde de San Miguel es cualquier cosa, menos prudente, y que por nada de este mundo se queda callado.
Las acusaciones son muy graves y malolientes: en un mensaje en “X”, Salgado dice: “En política no hay amigos, solo que a Castro se le olvida que CAPRES nos puso a la fuerza el jefe de la AUACI a todas las alcaldías de cabeceras departamentales, y ellos manejaron compras y licitaciones directamente sin consultarle a los alcaldes, nosotros solo estábamos de adorno”. LPG, que lo publicó, consultó directamente a Salgado, quien reiteró su acusación.
Como dice un estimado amigo: no es lo mismo una Honorable Asamblea, que una Asamblea honorable. Y eso aplica para todas las instancias públicas.
Empresaria.