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El arte y la universalidad de la nostalgia

La Historia del Arte nos ha demostrado la fuerte vinculación entre los sentidos nostálgicos y la experiencia estética: la grandeza de Roma en el Neoclasicismo, las ruinas con brumas en el Romanticismo, la inocencia casi infantil del Barroco, el mismo museo vacío o expresiones más contemporáneas como los espacios liminales, son evidencias del uso de símbolos universalmente nostálgicos.

Por Agencias

La nostalgia y los recuerdos juegan un papel primordial en la Historia del Arte desde hace mucho más tiempo que el Romanticismo. De hecho, el sentimiento de nostalgia y la experiencia estética poseen puntos similares.

En primer lugar, sabemos que la nostalgia se activa tan de pronto que muchas veces nos descoloca. La experiencia, por su parte, es sensorial, para luego activar una serie de recuerdos que nos dejan un sabor agridulce, agradable y exquisito.

La nostalgia trabaja en un mundo más bien traslucido, aparente y muchas veces intervenido por nuestro cerebro. Probablemente haya cierto olor que nos retrotrae a un evento de la infancia, sin siquiera saber cuál. Ese momento de reconocer algo del pasado en el presente es tan enigmático como poderoso. Tan enigmático y poderoso como la experiencia estética.

La experiencia estética, generalmente, proviene de un evento sensorial determinado por la vista. Por ejemplo, una obra de arte lo suficientemente bien conseguida, disparará una sensación agradable que muchas veces envuelve otros sentidos; si el rojo es precioso, nos activa los gustos, si una tela se ve suave, activamos nuestro deseo táctil.

En estos términos, la estética nos permite entender elementos que sin saborearlos o tocarlos, nos los imaginamos: en ese sentido activa nuestra memoria.

Sentimos el sabor a frambuesa cuando vemos un rojo precioso. Sentimos la suavidad de la tela, si la tela se ve suave. Todo esto lo sabemos por la experiencia del mundo. Sabemos que lo suave es suave porque lo hemos tocado y sabemos que lo rojo puede ser una frambuesa.

Para ir un poco mas lejos, todos nos hemos preguntado a qué sabe cada color, es la asociación de la experiencia con la memoria, así como la capacidad humana de asociar y condensar información.

Los símbolos nostálgicos

Primeramente, es importante entender la naturaleza de lo nostálgico. Por un lado, la nostalgia es el sentimiento cercano a la tristeza que se activa cuando recordamos algo que ya no está y normalmente nos hacía dichosos. Por lo que lo nostálgico es aquello que nos remite a ese sentimiento y suele ser muy personal y privado.

El arte se centra, por tanto, en el hecho de que todos experimentamos nostalgia y una obra de arte no puede activarla desde el plano personal y privado. En esa intención, lo que los artistas quieren es hablar de iconos nostálgicos, representando elementos que la activan y que se relacionan estrechamente con momentos que sí hemos experimentado.

Ejemplos de estos iconos pueden ser elementos anacrónicos como fotografías viejas, librerías del pasado, murallas de ciudades o ruinas. También existen los espacios místicos, que pueden ser un árbol solitario en una pradera al mediodía, un volcán gigante por la noche, un bosque sombrío en la oscuridad o lugares que normalmente están llenos, pero se encuentran vacíos, como jardines escondidos, pasillos de colegios o una cancha de fútbol.

Asimismo, existen otros símbolos que deben ser acuciosamente nostálgicos.

La Historia del Arte nos ha demostrado la fuerte vinculación entre los sentidos nostálgicos y la experiencia estética: la grandeza de Roma en el Neoclasicismo, las ruinas con brumas en el Romanticismo, la inocencia casi infantil del Barroco, el mismo museo vacío o expresiones más contemporáneas como los espacios liminales, son evidencias del uso de símbolos universalmente nostálgicos.

Y en gran medida, puede resultar importante concluir que la nostalgia trabaja como uno de los sentidos más prometedores a la hora de contemplar.

Fomentar esta sensibilidad colabora con la construcción de la identidad, la experiencia del mundo y la fortaleza psíquica.

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