Por Luego de haber seguido un proceso, como en muchos países de la región latinoamericana, en el cual se recibió la ley de bases y condiciones para la libertad de los argentinos o conocida como “Ley Ómnibus” del actual presidente de la argentina, Javier Milei, en la Cámara de Diputados. Esta ley fue destazada, bajo los argumentos de que dichas propuestas de reformas impactaban significativamente al ordenamiento jurídico actual de Argentina, dando un retroceso relevante y preocupante para dicha nación hermana de Suramérica.
La última sesión de la Cámara de Diputados reflejó que el oficialismo no logró el respaldo necesario de la oposición para aprobar artículos de la ley, como privatizaciones de ciertas empresas públicas y reformas a la ley de sostenimiento de la deuda, sin mencionar que ya habían cedido en quitar el capítulo de reformas fiscales.
Por otra parte, en un mensaje difundido en sus redes sociales, el presidente Milei dijo: “Vamos a continuar con nuestro programa con o sin el apoyo de la dirigencia política que destruyó nuestro país”. En la misma línea, el ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó ante medios locales que “sabían que esto podía pasar”, y que, sin embargo, “la no aprobación de la ley no afecta en lo más mínimo el programa económico” del Gobierno.
Esto sin duda deja al presidente liberal libertario al descubierto de una realidad que complicará cualquier plan de gobierno de volver a requerir del apoyo del Congreso de Diputados. Por ello, es probable que mientras no existan elecciones parlamentarias, el actual inquilino de la Quinta Presidencial de Olivos verá muy remoto buscar consensos con el Congreso vigente. Ante esta situación, Milei manifestó en su momento cuando fue electo presidente que si no lograba que sus iniciativas tuvieran consenso político “llamaría a un plebiscito”, tomando en cuenta que la Carta Magna argentina permite que el Poder Ejecutivo de dicha nación realice consultas populares sobre proyectos de ley, buscando generar un protagonismo que recaiga sobre lo que la población desee y así generar presión en la Cámara de Diputados. Sin embargo, tanto detractores como partidarios del gobierno advierten que es un arma de doble filo: si el gobierno pierde un plebiscito, también podría perder legitimidad (y por ende gobernabilidad).
Si bien es cierto, las adversidades políticas y el fortísimo ajuste económico que busca implementar Milei, pueden bajar un poco su popularidad con de cara a la población, el economista de la escuela austriaca deberá retomar de nuevo la batuta utilizando la fórmula de contacto que le ayudó a captar la atención y apoyo de la gente.
Es decir, retomando esos espacios en donde de manera académica, realista y consciente, se tomaba el espacio de explicar a la luz pública la realidad y las consecuencias de los bloqueos que pueda tener en su mandato, por parte de la casta política argentina que solo busca bloquear al mandatario y retomar el poder que habían tenido desde hace muchas décadas atrás, sin tener la valentía de reconocer los estragos en la economía que ocasionó un gobierno paternalista que se dedicó a dar todo tipo de ayuda a la población, a cambio de generar devaluaciones a su moneda, incrementando drásticamente los tributos a sectores productivos y generadores de un comercio próspero como el rubro agrícola, además de reflejar una clara corrupción sin escrúpulos por parte de sus políticos.
Sin embargo, más allá de los bloqueos políticos, Milei deberá enfocar y seguir con sus esfuerzos en la reestructuración económica de la Argentina, implementado su agenda de rescate y ajuste fiscales fuertes, de choque, pero que en mediano plazo serán sustanciales para poder levantar la economía de un país que, a pesar de su riqueza y potencial enorme, se vio por décadas afectado y desfalcado por los políticos de turno que solamente se dedicaron a despilfarrar recursos públicos.
Abogado, Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas Director de Internacionalización de la UNSSA