Luego de la victoria del ultraderechista liberal Javier Milei en Argentina, muchos comentarios resaltan sobre el nuevo presidente de la Argentina, comparándolo con el empresario y ex presidente de los Estados Unidos Donald Trump e incluso, alineándolo en las mismas ideologías políticas del político y empresario estadounidense. Esto viene por el hecho de las diversas propuestas que Milei de manera eufórica y transversal ha manejado a lo largo de su campaña electoral para llegar a la silla presidencial. Sin embargo, es necesario aportar un análisis mas exhaustivo antes de sacar conclusiones aceleradas y comparativas entre estas dos figuras políticas.
Para ello, tomo a bien citar las reflexiones que los Doctores de la Escuela Económica Austriaca, Jesús Huerta de Soto y Juan Ramón Rallo, exponen sobre las diferencias que existen entre Milei y Trump. Donald Trump es un intervencionista activo por naturaleza, partidario de poder intervenir lo más que se pueda en el libre comercio, buscando proteger en cierta medida la industria norteamericana, estableciendo muchas veces muros a las importaciones y exportaciones de los bienes y servicios, por ejemplo, sin mencionar el aprovechamiento de inflaciones monetarias para manipular el dinero, siendo una derecha intervencionista y proteccionista, además de controlar la economía y la inflación a través de políticas fiscales expansivas y el incremento de déficit presupuestario como parte de la estimulación de la economía estadounidense y reflejando ciertas prácticas más cercanas al método peronista argentino.
Sin embargo, Milei obedece a una corriente de la derecha liberal la cual se resume al respeto absoluto a la libertad individual como valor político supremo (David Boaz, exvicepresidente del Instituto CATO, una fundación estadounidense que precisamente persigue impulsar esta tendencia) fomentando el comercio libre y realizando ajustes en la economía como fiscalidad equilibrada y fortalecimiento de la moneda, proyectando una postura más equilibrada en la balanza de la economía y la fiscalidad de un país, asumiendo que se mantenga en esa línea ideológica y ejecute sus planes de acción bajo esa proyección que ha manifestado a la población de su país. En síntesis, reducir gastos, no aumentar el endeudamiento público para estimular la economía.
Ahora bien, quizá la personalidad de Milei y sus intervenciones han ocasionado que se genera una confusión con su idea y planteamientos políticos, quizá por el acercamiento que haya reflejado a políticos cercanos a una línea de la derecha populista. Sin embargo, el perfil y las alianzas que pretenderá Milei fomentar, deberán ser totalmente abiertas e inclusivas, siempre y cuando busquen objetivos en común y sumen a la reestructuración de Argentina en lo social y económico. La estrategia para poder ubicarse en el tablero geopolítico mundial por parte de Milei, será clave para poder lograr abrir ampliamente el comercio interno y externo de su país y generar lazos estratégicos sin distinciones políticas, siendo un aliado el mismo Trump.
Por lo tanto, Javier Milei no tiene la misma línea política de Trump, quien fue un presidente derechista, mercantilista, que al final maneja un enfoque más diverso con políticas que podemos catalogar como más liberales y otras antiliberales e incluso con un pincelazo peronista. Mas allá de las diferencias resaltadas de ambos, cada uno tiene una injerencia importante en sus países, por lo que será interesante dar seguimiento los acercamientos que puedan tener ambas naciones, así como también las que Milei pueda generar con demás países en el mundo.
Abogado
Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de EmpresasDirector de Internacionalización de la Universidad Nueva San Salvador