El 8 de septiembre de 1967, por primera vez, según datos de la UNESCO, se celebra el Día Internacional de la Alfabetización como parte del derecho inherente a educación de calidad y punto clave en la agenda de un desarrollo sostenible a lo largo del tiempo. Si bien es cierto, los avances han ido graduales en el transcurso del tiempo, muchos adultos en el mundo carecen de competencias básicas en lectoescritura o las competencias adquiridas son tan mínimas que los vuelven poco competitivos en el entorno social y la búsqueda del desarrollo personal y profesional.
La alfabetización ha ido cambiando y mejorando su concepto como tal. Años atrás se hablaba de alfabetización haciendo referencia a las personas que podían leer y escribir. Sin embargo, actualmente debemos continuar sumándole la alfabetización digital y los espacios virtuales como herramientas de mejora continua en la socialización, desenvolvimiento y desarrollo del ser humano ante su entorno. Al hacer referencia a la alfabetización es básicamente que la persona posea la capacidad de comprender y usar de manera provechosa y efectiva las tecnologías de la comunicación.
El 2022 trae consigo el transformar espacios para la alfabetización, significando el repensar como diseñar e implementar entornos que ayuden a ser resilientes y garanticen una educación efectiva de calidad, equitativa e inclusiva en el mundo.
Hemos podido vivir en carne propia una pandemia que aun late en nuestras vidas y que trajo consigo oportunidades de cambios como transformar la educación y el aprendizaje utilizando las herramientas digitales como instrumentos de mejora continua en la adquisición de conocimientos y formación humana. Desde la comunicación efectiva y el correcto traslado de información, hasta la recepción adecuada de la misma, ayudando a las personas a ser mas autosuficientes y competitivos en el mundo que lo demanda tanto en nuestra actualidad.
Lo anterior significa que no basta con las habilidades de lectura y escritura, debemos sumarle el buen uso de las tecnologías para poder lograr los objetivos y metas trazadas en un espacio de tiempo determinado, como lo demanda la realidad que vivimos.
Por otra parte, es menester recordar que la alfabetización ayuda a poder acercar a gobiernos y comunidades civiles a un desarrollo sostenible prospero y efectivo. Por ello, se deben de implementar políticas publicas que incorporen estrategias para llevar adelante planes de enseñanza y aprendizaje, atendiendo necesidades y desafíos para sobreponerse a ellos y lograr metas claras, certeras y contundentes para la mejora continua.
Los programas educativos que se suspendieron deben reactivarse y los que solamente quedaron plasmados en hojas de papel o archivos, deben activarse y ejecutarse, como parte de las soluciones a implementar en este sentido.
La reestructuración de la enseñanza para todas las edades ayudará a que los países puedan ir solventando las crisis que deban ir enfrentando a lo largo del tiempo, recalcando que la educación es un derecho fundamental e inherente para el ser humano y ayuda en poder alcanzar los ideales de un mundo que urge de cambios y soluciones sostenibles para poder subsistir y atender futuras generaciones.
Ayudemos a otros/as a poder adquirir esta habilidad, enseñando y colaborando desde formas sencillas como utilizar de manera adecuado herramientas sociales en la virtualidad hasta combinar el aprendizaje presencial y el telemático.
Recordemos que el objetivo siempre será disminuir el analfabetismo, por lo que aportar nuestro granito de arena será clave para ese cambio que necesitamos.
Abogado, Master en Tributación Internacional y Asesoría Jurídica de Empresas, Decano de la Universidad Nueva San Salvador