Muy estimada Claudia:
Sos la sorpresa de esta Asamblea. Una sorpresa muy positiva. Las elecciones del 2021 nos dejaron con una oposición raquítica, con sólo 20 diputados versus 64 que son 100% alineados con Casa Presidencial. Luego, por lo menos 4 diputados abandonaron ARENA y la oposición. Quedan 16. ¿De verdad? Muchos de ellos, a veces son opositores, a veces se quedan callados.
Se hubiera esperado que los 16 formen un bloque sólido y visible de resistencia contra la aplanadora oficialista que aprueba todas las propuestas de Casa Presidencial. Pero no es el caso. No hay 16 voces articuladas que defienden con valentía, pasión y coherencia el Estado de Derecho, la independencia judicial y de la propia Asamblea. Hay tal vez 5 o 6 diputados haciendo uso de la tribuna parlamentaria para debatir y para defender posiciones opositoras. Un pobre desempeño de los partidos de oposición.
La voz más clara, más coherente, más permanente es la tuya.
No sos la única que ejerce oposición desde la Asamblea. Johnny Wright, Anabel Belloso, Dina Argueta y René Portillo Cuadra también lo hacen. Pero sos la única que diaria y sistemáticamente comunica a la gente sus argumentos, posiciones, propuestas, criterios y críticas al gobierno y la aplanadora oficialista. Nunca te quedás callada.
La tuya es una voz suave, relajada, muy pocas veces exaltada. Pero es firme, guiada por principios y conocimiento, y cuando es necesario, agresiva. Confrontás no para confrontar, sino para aclarar, para marcar posiciones. Al principio apareciste un poco sectaria, arrogante, enfocada en el crecimiento de tu partido, poco anuente a buscar consensos en toda la oposición. Pero lo superaste. Esto te da credibilidad.
Sos disciplinada, paciente, y trabajadora. Intervenís activamente en la plenaria y las comisiones, aunque la aplanadora oficialista no te escucha. Pero como buena parlamentaria y opositora sabés que tus verdaderos interlocutores no son los diputados oficialistas, que de todos modos no están interesados en debatir, sino la gente afuera, los ciudadanos. Los escépticos. Los que ya no creen en la política, y por tanto son pasivos. Aunque hoy son minorías que te escuchan, no son depreciables. Cada vez son más sectores que se sienten golpeados por este gobierno, sus abusos, arbitrariedades, improvisaciones e imposiciones. Ellos necesitan voceros, y la mejor vocera de sus inquietudes y la única que se expresa sistemáticamente día a día sos vos.
Esto te convierte en líder. No sé si esta es tu intención o si simplemente hacés bien tu trabajo y esto te convierte en líder de la oposición. No sólo en el parlamento, sino también en la construcción de una oposición ciudadana amplia, diversa y de algo más: la unidad necesaria para enfrentarse a la intención del régimen Bukele de asumir el poder total y perpetuarse con una reelección inconstitucional.
Lo que todavía falta es la sistemática, paciente y tolerante labor de construir unidad, sinergia, metas comunes y un programa compartido de reconstrucción de la democracia, del orden constitucional y del pluralismo republicano.
Si vos lográs incorporar en tu labor y tu discurso este sentido de unidad y esta disposición a concertar entre todas las fuerzas democráticas (derecha, centro, e izquierda; conservadores, liberales, socialcristianos, humanistas y socialdemócratas), realmente te convertirás en la líder opositora que necesitamos y que tenga la fuerza de pararse ante Bukele.
No estoy hablando de candidatura presidencial, llegará el momento para eso. Hablo de un liderazgo que conduzca a la unidad de propósito en un universo necesariamente diverso y plural; que venza el derrotismo, el miedo y la inercia que tienen paralizada la oposición política y social.
Ya diste pasos importantes, es tiempo que junto con otros -dentro y fuera de la Asamblea y de los partidos- des el siguiente: hacia la construcción de un proyecto político compartido de reconstrucción democrática. Quienes logren asumir esta responsabilidad y este liderazgo, recibirán mucho apoyo, hasta en lugares y sectores ahora no accesibles. Hay que rescatar la política y la ética, antes de que el populismo y la antipolítica demagógica les den el tiro de gracia, luego de tanto atropello en décadas pasadas. Hay que restaurar la credibilidad en proyectos políticos serios, responsables e inclusivos.
¡Ánimo y adelante! Saludos, Paolo Luers