Ciudadano presidente:
Luego del espectáculo barato de la medianoche del jueves, sólo me queda resumir lo siguiente:
- Que la solicitud de inscripción como candidato presidencial se presente de día o de noche o en el último minuto del plazo no cambia nada: su candidatura será ilegítima, inconstitucional y en sí un delito – un delito penal de usted y de los magistrados que la admitan.
- Tampoco hacer un espectáculo propagandístico, como lo hicieron sus lugartenientes que rezaron públicamente por su salud, cambiará el hecho de que su candidatura es ilegal.
Así como anteayer todos especularon sobre su salud y la posibilidad que usted no logre presentarse ante al Tribunal a tiempo, ahora comienzan las especulaciones sobre otra incógnita: ¿Va exigir el Tribunal que renuncie a la presidencia para admitir su candidatura? ¿O solo le va a exigir que pida permiso – o lo van a permitir quedar ejerciendo el poder durante toda la campaña? Pero nada de esto es realmente relevante, porque su candidatura de todos modos será inconstitucional.
Hablemos de lo único que es relevante ahora: ¿Van los magistrados electorales estar dispuestos de hacerse responsables penalmente de admitir una candidatura no admisible? Habrá 4 magistrados suficientemente intimidados para echarse encima esta responsabilidad, sabiendo que puede tener consecuencias penales en un futuro? O la misma pregunta al revés: ¿Habrá entre los cinco magistrados dos que estén dispuestos de defender la Constitución y con su voto bloquear la reelección ilegal? Sólo se necesitan dos magistrados para poner fin a este fraude a la Constitución.
Luego de los escritos que tanto Luis Parada y Enrique Anaya han entregado al TSE, ninguno de los magistrados puede alegar ignorancia. De la forma en que se solicite, la inscripción del presidente en funciones como candidatos es ilegal. Igual que el presidente que pide la inscripción, igual que su partido Nuevas Ideas que la respalda, cada uno de los magistrados que de se voto para admitirla comete delitos.
Desde la cima de su popularidad, usted obviamente no toma en serio a ninguno de los candidatos que competirán en esta elección presidencial. Pero aunque usted se siente tan seguro y poderoso, podrá llevarse sorpresas, si no toma en cuenta una cosa: Si ellos entienden bien su oportunidad histórica, no sólo competirán contra usted como un candidato más, sino correrán en defensa de la Constitución. Correrán contra la reelección, porque es contraria a la Constitución. Correrán contra un fraude a la Constitución.
Y si además estos candidatos opositores -o solo una de ellos- entiende que usted, a parte de la ilegalidad de su candidatura, tiene otras debilidades y sepan aprovecharlas, podrán destruir su narrativa de que usted es el único representante de la voluntad popular y el único defensor de los intereses del pueblo. ¿Qué va a hacer usted cuando haya un candidato que logre conectar con los miedos que tienen millones de salvadoreños cuando piensan en su futuro con pensiones de miseria - o sin ninguna pensión?
¿Qué va a hacer usted cuando un candidato opositor sepa expresar las frustraciones de la mayoría de la población con las deficiencias de los sistemas de Educación y Salud?
¿Qué va a hacer usted cuando la oposición tenga de repente un vocero que logre que los sectores maltratados y golpeados por abusos de poder de la policía o por militares, o las familias de los miles de detenidos injustamente superen el miedo y el sentimiento de impotencia y comiencen a movilizarse?
Si usted piensa que esta campaña, en la cual usted tiene acceso a todos los recursos del Estado y su formidable maquinaria propagandística, será un paseo, va a llevarse sorpresas. Tal vez lo más probable es que a pesar de todo gane la elección, pero será una segunda presidencia ilegítima y debilitada, porque existirá una oposición y una sociedad civil fortalecida - y dueña de la legitimidad histórica.
Serán unos tres meses interesantes que le esperan, ciudadano Bukele.
Sin más que agregar,
Paolo Lüers