Presto el espacio de esta carta a mi amiga Bertha María Deleón, para exponer el agresivo acoso del que está sujeta por parte de un exesposo obsesivo y vengativo y de las autoridades judiciales salvadoreñas. Esta mujer se tiene que defender, y la única defensa es la denuncia pública que valientemente hace.
“Hoy recibí en mi domicilio de la CDMX, esta cita de la embajada de El Salvador en Ciudad de México. Para notificarme de proceso penal que ventilan en mi contra en el Juzgado Cuarto de Instrucción de San Salvador. Por supuesto NO asistiré y no me voy a someter a ningún proceso legal sin Garantías Judiciales mínimas.
Tengo estatus de protección y residencia permanente aquí en México desde hace 3 años y medidas de protección de la @CIDH vigentes.
Sin embargo, lo EXPONGO PÚBLICAMENTE porque esto es una muestra más de ACOSO y VIOLENCIA por parte del Estado Salvadoreño y del padre de mis hijos ROBERTO CARLOS NAVAS PORTILLO.
Esta alianza amenaza mi libertad, mi integridad personal y mi vida. Hasta la fecha he permitido que el padre de mis hijos venga a visitar a mi hija cada dos meses y tenga comunicación con ella casi a diario a través de un iPad que él le ha proporcionado y de la cual tiene absoluto control. También, de buena fe, y en respeto del derecho de mi hija a tener comunicación con su padre, le di mi dirección y hasta lo he recibido en mi casa en condiciones de respeto y tolerancia.
Aprovechándose de esa situación y de manera cobarde como siempre actúa, ROBERTO CARLOS NAVAS PORTILLO ha proporcionado mi dirección privada a las autoridades salvadoreñas, con el fin de continuar con los procesos penales que ha iniciado en mi contra en El Salvador.
Esta es la segunda vez que ROBERTO CARLOS NAVAS PORTILLO, abusa de la información privada a la que tiene acceso como padre de mi hija, para usar instituciones para ejercer violencia contra nosotras. La primera vez fue el 4 de mayo de 2022, cuando dio nuestra dirección a la INTERPOL para que nos detuvieran, mintiendo a las autoridades, sosteniendo que no tenia comunicación con nuestra hija.
Ya estoy HARTA de permanecer callada y seguir permitiendo visitas, llamadas a mi hija a libre demanda. Aún y cuando se ha negado a pagar la cuota de escolaridad mensual que le he requerido, y a pesar de su holgada condición económica solo ha aceptado pagar la escuela cada dos meses.
Señalo y denuncio aquí y ante las autoridades mexicanas, que sigo recibiendo violencia de género por parte del Estado Salvadoreño y del padre de mis hijos, y voy a tomar medidas legales al respecto. No habrá más visitas ni contactos telefónicos que las que el juzgado de lo familiar ordene.
Hago público también que en mi ausencia, y por proceso penal promovido por el padre de mis hijos, fui condenada a 2 años de prisión, por supuesto MALTRATO INFANTIL, y el Estado de El Salvador ha solicitado que INTERPOL me detenga nuevamente.
Responsabilizo directamente a ROBERTO CARLOS NAVAS PORTILLO, de lo que pueda pasarme, ha demostrado ser un hombre obsesivo, lleno de odio y resentimiento, que no le importa usar a nuestros propios hijos para destruirme. Temo por mi vida y por mi libertad y voy a buscar formas de protegerme.”
Hasta aquí las palabras de Bertha María Deleón. Expresan cansancio, hartazgo, ira - y disposición de luchar contra tanto acoso y tanta persecución. Y de luchar por la felicidad de su hija.
Bertha es el típico caso de una perseguida política, que se ha visto obligada a salir de su patria y vivir en el exilio. Es también el típico caso de una mujer que está pagando este precio porque se puso públicamente en contra del presidente Bukele. Al inicio de su presidencia fue su abogada penal. Pero cuando vio la verdadera cara del hombre, la cara autoritaria, la cara de desprecio a la Constitución, luego de su toma militar de la Asamblea para forzar la mano del Órgano Legislativo, no solo se desvinculó de él, si se convirtió en una de la voces más críticas contra su manera de gobernar y manipular las instituciones.
Dos hombres que odian a las mujeres fuertes e independientes se han unido para destruir a Bertha María Deleón: su resentido ex esposo Roberto Carlos Navas Portillo y Nayib Bukele, presidente de la República. Han instrumentalizado la justicia para destruir a una mujer que se niega a someterse al hombre y al poder.
Es una situación inaceptable, donde está de por medio una niña de 9 años, al la cual su madre no ha negado el contacto con su padre. Y así le pagó su generosidad y su respeto al derecho de su hija de tener contacto con su padre.
La justicia debe parar la persecución contra Bertha María Deleón y las instancias internacionales le deben brindar protección.
Paolo Lüers