A los 4 magistrados del Tribunal Electoral, quienes acaban de enterrar la democracia y la Constitución: Dora Esmeralda Martínez de Barahona, magistrada presidenta, Luis Guillermo Wellman Carpio, Rubén Atilio Meléndez García y Noel Antonio Orellana Orellana.
Ustedes son igualmente culpables del fraude de ley que constituye la candidatura a la reelección que los autores materiales, Nayib Bukele y Félix Ulloa.
A los responsable intelectuales, los 5 personeros, que ocupan las sillas de los magistrados de la Sala de lo Constitucional: Óscar Alberto López Jerez, Elsy Dueñas Lovo; José Ángel Pérez Chacón; Luis Javier Suárez Magaña; Héctor Nahúm Martínez. Ustedes hicieron (o no contradijeron, como era su deber) una interpretación perversa de la Constitución para facilitar la reelección del presidente.
A otro que es igualmente responsable del fraude a La Constitución, el presidente del partido Nuevas Ideas: Xavier Zablah Bukele.
Entre todos ustedes se consumó una conspiración con el fin de alterar el orden constitucional de El Salvador y establecer una gobierno de facto de carácter dictatorial. Todos ustedes juntos forman la asociación ilícita más poderosa y peligrosa de nuestro país.
Los magistrados, tanto de la Sala como del Tribunal Electoral, tuvieren el pleno poder, otorgado por la Constitución, de prevenir el fraude de ley. Tenían el poder y tenían el deber, encomendado por la Carta Magna. Sólo tenían que aplicar correctamente la Constitución y negarse a pervertirla, a pesar de las presione. Hicieron lo contrario.
Nadie de ustedes puede alegar ignorancia. Sabían lo que estaban haciendo. Sabían que actuaron fuera de la ley. Sabían que lo que hicieron es penable. No les importa, porque se sienten impunes. Conspiraron en secreto entre Casa Presidencial, partido Nuevas Ideas, Sala y Tribunal – pero el fraude a la Constitución lo consumaron peladamente, anunciándolo y defendiéndolo en público. Repito: Estamos hablando de la asociación ilícita más poderosa y peligrosa de nuestro país. Abarca al presidente, al vicepresidente, al partido gobernante, al poder judicial y al organismo electoral.
Como dicen en el juramento de los funcionarios: “Que la patria os demande.” No duden que la patria lo hará.
Saludos, Paolo Luers