Amigos:
Nos quieren vender gato por liebre. Tanto el gobierno de El Salvador como el de Estados Unidos hablan de una “conversión de deuda internacional en medio ambiente”. Luego viene un montón de términos, condiciones y tecnicismos que nadie fuera del mundo de finanzas internacionales entiende. En las redes y los medios nos hablan de un swap - y lo traducen como canje de deuda. Nadie se toma la molestia de traducirlo a cristiano...
El mecanismo del canje (swap) de deuda por inversión en el medio ambiente no es nuevo, nació en los años 80. La idea: Los países industrializados ofrecen a los países demasiado endeudados del tercer mundo y que a la vez enfrentan desafíos medioambientales un canje: le perdonan parte de su deuda, con la condición que inviertan el monto correspondiente en el medio ambiente. Así querían, por ejemplo, salvar el Amazonas y sus bosques. O dicho de otra manera: Las inversiones que los países del tercer mundo hacen en el medio ambiente, se los restan de su deuda internacional. Una idea genial: Los países pobres tienen menos deuda y se preserva la naturaleza. Perfecto.
Ahora nos cuentan que esta buena idea se está aplicando a El Salvador. Pero es mentira. Nos cuentan que hay un acuerdo entre el gobierno de Estados Unidos y el banco de inversión J.P. Morgan de ejecutar un canje de deuda por naturaleza para ayudar a El Salvador a reducir su insostenible grado de endeudamiento: unos $11.7 mil millones de deuda internacional, sin tomar en cuenta los $10 mil millones que el gobierno debe al sistema de pensiones, ni los $2 mil millones que debe a sus proveedores.
Suena bonito, parece un sweet deal: El banco J.P. Morgan le dará a El Salvador $1,000 millones para recomprar su propia deuda, o sea repagar de manera adelantada una parte de su deuda internacional. Una entidad financiera del gobierno de EEUU otorga la garantía que necesita el banco para dar esta suma al gobierno salvadoreño.
Pero ojo: No es donación. No es que nos perdonen $1,000 mil millones de deuda. Es un nuevo préstamo. Al final El Salvador tendrá el mismo monto de deuda.
Ahí ya se cayó la bonita imagen del canje de deuda por medio ambiente. No hay canje. No hay perdón de deuda. Hay un préstamo de 1,000 millones de dólares, que El Salvador tendrá que pagar.
Entonces, si no hay canje ni perdón de la deuda, ¿de dónde saldrá la inversión en el medio ambiente, en nuestra caso en la recuperación ecológica del Rio Lempa? Saldrá de los ahorros que tendrá El Salvador en este deal triangular. El nuevo préstamo tiene mejores condiciones, El Salvador pagará menos intereses que para los bonos de mala reputación que ahora se están recomprando. Otro ahorro puede salir del hecho que El Salvador, cuando haga la oferta de recompra a los acreedores, estos les darán un descuento.
El acuerdo con Estados Unidos obliga a El Salvador que invierta todos estos ahorros, que obtendrá en los próximo 20 años hasta que liquide el préstamo de J.P. Morgan, en el proyecto Rio Lempa, que será ejecutado bajo supervisión de Estados Unidos.
Esto, en si, no es mala idea. Si el país ahorra costos financieros e invierte en el medio ambiente, siempre es ganancia.
El problema es que nos quieren engañar. Quieren que creamos que nuestro gobierno, bajo la sabia conducción del señor Bukele, ha logrado que Estados Unidos nos ofrezca un canje, un perdón de deuda, en el cual el país gana 1,000 millones de dólares. No es nuevo que Bukele nos quiera engañar. Lo nuevo es que lo hace en complicidad con Estados Unidos.
Traduciendo el acuerdo al cristiano, dice: Lo que va a ganar el país es que durante 20 años va a tener ahorros que permitan invertir al año $9.7 millones en el Rio Lempa. Ni más, ni menos. Es equivalente a lo que Casa Presidencial gastaría en 2025 en propaganda. Invertir esta suma en maltratado Rio Lempa es bueno, ¿pero quien nos garantiza que Bukele no restará estos $9.7 millones de los presupuestos para medio ambiente, educación y salud?
Y ojo: todo esto sólo funcionará si El Salvador paga religiosamente, en los plazos y montos acordados, este nuevo préstamo y sus respectivos intereses. Si no, se cae todo el deal se cae - y el país en impago.
¿Quién obtiene la principal ganancia en este deal? No el medio ambiente salvadoreño. Tampoco el pueblo, sino uno solo: el presidente de facto Nayib Bukele. El gobierno de Estados Unidos le regala una lavada de cara, a pesar de su reelección inconstitucional; a pesar de la corrupción y a pesar de las violaciones a los Derechos Humanos.
La triste realidad: En Washington piensan que Bukele es un corrupto y autoritario, pero prefieren que sea su corrupto y autoritario.
Saludos, Paolo Luers