Todos especulan sobre la Constitución de la República Nueva, que al fin ustedes van a aprobar en el presente mes de abril, para que en mayo la ratifique la nueva Asamblea Legislativa. Nadie sabe qué novedades va a llevar, ni siquiera ustedes. Les van a dar el texto al principio de la sesión.
Quienes en Casa Presidencial redactan la nueva Constitución estarán tratando de esconder entre un montón de paja, cambios irrelevantes y tecnicismos los dos o tres bombazos, que harán temblar y derrumbar el antiguo orden republicano. Con esto sólo crearán confusión, cuando las constituciones tienen que ser claras y contundentes.
Les hago una propuesta: Aprueben una reforma precisa, honesta y corta.
Precisa, para que todos la pueden entender y ya no haya más peleas sobre la interpretación de la Carta Magna. Honesta, porque al fin dejarían de mentir al pueblo y esconder sus intenciones. Corta, para que todo el mundo pueda aprender de memoria los 6 artículos. Así que también esta carta puede ser corta y simple, para no agotar más su capacidad de prestar atención y no sobrepasar su capacidad de comprensión.
Artículo 1: El único facultado de tomar decisiones, en todos los ámbitos del gobierno, tanto a nivel central como local, ejecutivo, judicial o legislativo, es el presidente de la República. Todos los órganos del Estado, sin excepción, incluyendo los erróneamente concebidos como autónomas, son supeditados a la voluntad del presidente de la República.
Artículo 2: Las demás reglas del funcionamiento de las instituciones de la República serán dictadas por el presidente.
Artículo 3: Todos los ciudadanos gozarán libremente de los derechos que el presidente les otorgue.
Artículo 4: Todos los demás artículos de la Constitución, que establecieron límites al poder del presidente y contravienen la aplicación del artículo 1, quedan suspendidos, igual que quedan sin validez las sentencias constitucionales dictadas en la errónea concepción de la división de poderes.
Artículo 6: Cualquier duda o falta de consenso sobre las auténticas intenciones de esta Constitución será resuelta aplicando el artículo 1.
Así sea, por la voluntad de Dios y del presidente de la República Nayib Bukele.
Ya no habrá más discusiones inútiles y divisivas sobre la reelección presidencial, sobre concepciones histórica y filosóficamente desfasadas como la división de poder y la independencia judicial y legislativa.
Estimados diputados, niéguense a aprobar una Constitución confusa que sólo daría espacio para seguir con pleitos y divisiones. Aprueben la pura neta.
Saludos, Paolo Luers