Luego de una semana de vacaciones muy relajadas, estoy de regreso. Aquí la primera carta del año nuevo. El tema: ¿Qué podemos esperar en el 2025?
Empecemos con lo feo:
- Donald Trump asumirá la presidencia el 20 de enero. Con más poder, más agresivo, irracional y peligroso que en su primer mandato. Esta vez tiene un pacto con los multibillonarios de Wall Street y los multibillonarios techno brothers. Se van a repartir el poder y las ganancias.
- En una situación, en la cual se ha roto el orden mundial, Trump no trabajará para recuperarlo. Más bien, formará con Rusia y China un trio fatal que sacrificará las reglas de la convivencia en el altar de interés unilateral. Un darwinismo tripartito. America First de Trump compitiendo con las ambiciones de Putin de reconstruir la Gran Rusia y con el plan de China Popular de convertirse en la megapotencia del mundo. Rusia tratando de anexar Ucrania, China tratando de anexar Taiwán y Trump soñando con hacerse de Groenlandia, someter a Canadá y México a su voluntad y recuperar el control del Canal de Panamá.
- Trump obligará a Ucrania a ceder la cuarta parte de su territorio a Rusia.
- En El Salvador, Nayib Bukele revelará pronto con qué consorcios internacionales de minería ha puesto en marcha la nueva Ley de Minería, que derogó la prohibición de la minería metálica y concede al Estado el derecho de explotar el oro, junto con socios privados elegidos a dedo sin licitación. Así como la ley se hizo sin previos estudios medioambientales, se hará la apertura de las minas. Los contratos con las compañías mineras serán declarados información reservada.
- El régimen de excepción se va a aplicar masivamente a todas la expresiones de descontento social. Su política de reajuste fiscal a costa de los sectores populares obligará al gobierno a ejercer la represión, ya no de manera puntual, como en el pasado, sino de manera masiva.
Lo malo:
- Trump va a proceder con deportaciones masivas de inmigrantes que él llama ‘ilegales’. Aunque El Salvador no está preparado, tendrá que absorber a decenas de miles de familias deportadas que van a necesitar viviendas, jobs, escuelas y hospitales que no existen. Al mismo tiempo, la cantidad de remesas se va a reducir drásticamente.
- Esto pasará en una situación, en la cual el desempleo y la pobreza en El Salvador van a seguir incrementándose y el Estado tendrá menos recursos para programas sociales.
- La misma crisis va a golpear a Guatemala, Honduras y Nicaragua. Una región desde ya inestable sufrirá fuertes tensiones sociales.
- Con Trump en la Casa Blanca, Marco Rubio en el State Department y otro miembro de la mafia de Florida, Pam Bondi, en el Departamento de Justicia, Bukele ya no tendrá presión desde Washington ni reclamos sobre corrupción y violaciones de derechos humanos. Esto se va a reflejar en más corrupción y más represión en el año 2025.
¿Y lo bueno?
- Lo único bueno que puedo prever para el 2025 es que partes de los sectores que apoyaron a Nayib Bukele de manera incondicional comenzarán a cuestionar sus políticas en la medida que los afecten. La amenaza de la minería, los despidos masivos en el sector público y el descontento con los servicios de educación, salud y vivienda del gobierno obligarán a opositores a organizarse y a quienes votaron por Bukele y Nuevas Ideas a repensar sus posiciones.
- El periodismo independiente en El Salvador tendrá otro año de desafíos difíciles, pero también la posibilidad de conectar con públicos más amplios.
Lo incierto:
- Nadie sabe si de esta situación de convulsiones sociales -y a pesar de la represión- van a surgir los gérmenes de una nueva oposición, con nuevos liderazgos enraizados en los movimientos sociales.
Disculpen que no les puedo ofrecer una expectativa más positiva para el nuevo año. Les deseo que nada de esto les quite la capacidad de ser felices y de soñar con un mejor futuro.
En este sentido, les deseo un Feliz Año Nuevo,
Paolo Lüers