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Carta a Rodolfo Delgado: Metiste la pata, fiscal

Lo que parece que ya no hay son fiscales decentes, profesionales y valientes. Ya no caben en tu fiscalía. Los dos juicios demostraron el estado lamentable y vergonzoso en que está la Fiscalía bajo tu mando. Arma casos sin pruebas y además de manera torpe. Usa la justicia como instrumento de persecución política.

Por Paolo Luers
Periodista

Ciudadano fiscal general:

La fiscalía, aunque convertida en el largo brazo castigador de Casa Presidencial, no es todopoderosa.

Acaba de sufrir otra golpiza de cantina en un de sus juicios políticamente emblemáticos: el caso contra Mauricio Ramírez Landaverde, ex ministro de Seguridad del gobierno de Sánchez Cerén y ex director de la PNC. Junto a él estaba acusada toda la cúpula de Seguridad del gobierno del FMLN: el ex viceministro de Seguridad, Antonio López, y el ex director general de Centros Penales, Marco Tulio Lima.

La fiscalía los acusó de haber robado medio millón de dólares provenientes de las tiendas institucionales en los centros penales. Un delito serio. La fiscalía pidió 16 años de cárcel para Landaverde y 4 años para los demás. Pero no había pruebas, así que los fiscales las inventaron, pensando que hoy en día los jueces se terminan tragando cualquier montaje que presente la fiscalía con el aval de Casa Presidencial.

Se equivocaron ustedes. En el juicio se documentó, con toda claridad, que no se desvió ningún dinero. Cero. El Tribunal de Sentencia no tuvo otra opción que declarar a los acusados inocentes de la acusación de peculado, o sea de robo. Una bofetada humillante para la fiscalía -y para vos.

El tribunal optó por una condena simbólica, sentenciando a Landaverde por un delito de hule: “actos arbitrarios”. Tres años, de los cuales Landaverde ya sirvió la mayor parte. Los restantes 3 meses, el Tribunal los convirtió en servicios públicos. Otra bofetada a la fiscalía y su titular. Lo que el Tribual quiso decir, sin decirlo en estas palabras: Landaverde y sus subalternos no deberían haber pasado ni un solo día en la cárcel, por un delito que nunca cometieron.

El caso Landaverde es la segunda golpiza para la fiscalía – y para vos como su jefe. Una semana antes, el Tribunal de Sentencia de Sensuntepeque sobreseyó definitivamente el caso contra 8 exguerrilleros, entre ellos 5 ambientalistas de Santa Marta y Eduardo Sancho, durante la guerra miembro de la Comandancia General del FMLN y luego firmante de la paz. Estaban acusados del secuestro y asesinato de una mujer en 1989, pero ustedes no tenían ninguna prueba que vinculara a los acusados a los hechos. Además, el delito ya estaba prescrito. Por esta razón, el Tribunal absolvió a todos los acusados. Es obvio que con este caso ustedes querían destruir la organización comunal de Santa Marta, desacreditar la resistencia contra la minería metálica – y de paso manchar la reputación de uno de los máximos líderes de la guerrilla y protagonista de la transición democrática. El tiro se les fue por la culata.

Todavía hay algunos jueces en El Salvador. Jueces decentes, profesionales y valientes.

Lo que parece que ya no hay son fiscales decentes, profesionales y valientes. Ya no caben en tu fiscalía. Los dos juicios demostraron el estado lamentable y vergonzoso en que está la Fiscalía bajo tu mando. Arma casos sin pruebas y además de manera torpe. Usa la justicia como instrumento de persecución política. En el caso Landaverde fue obvio: Había que deslegitimar todo el equipo de seguridad del gobierno que procedió al de Bukele. Había que preparar el terreno para la llegada de personeros oscuros como Mauricio Arriaza, Osiris Luna y Gustavo Villatoro.

Analizar críticamente la política de Seguridad del FMLN en el período 2015-2016, dirigida por Landaverde como director general de la PNC y luego como ministro de Seguridad, hubiera sido sumamente importante para entender los errores en la política de mano dura y militarización, cometidos por el FMLN. Pero Nayib Bukele no tenía ningún interés en que el país conozca este análisis crítico, porque tenía toda la intención de prolongar esta política equivocada y llevarla a excesos sin precedentes. Sustituyeron el análisis crítico con juicios amañados.

Bukele nunca atacó de fondo los problemas reales de la política de Seguridad de Landaverde: la militarización de la PNC, los operativos de exterminio, la provocación de enfrentamientos al estilo militar para poder liquidar a delincuentes. Pero Bukele tenía la necesidad de desacreditar al gobierno del FMLN, porque necesitaba robarle su base social y electoral. Así que se inventaron una serie de acusaciones por corrupción, entre ellos la acusación montada a Landaverde.

A pesar de todas nuestras diferencias, tengo que celebrar que Landaverde haya tenido el valor y la tenacidad de ganarle a la fiscalía este caso fabricado. De la misma forma fraudulenta están hechas las acusaciones contra varios dirigentes del FMLN. Esto nos obliga a defenderlos del uso de la justicia para la persecución política.

Las diferencias políticas se discuten con argumentos, no con acusaciones inventadas.

El caso Landaverde se ha convertido en el caso Fiscalía, mejor dicho, en el caso Rodolfo Delgado. Con tu torpeza, estás saboteando tu reelección. 

Van a buscar a otro, igual de dócil, pero un poco más inteligente.

Saludos,

Paolo Lüers

Posdata: Hoy sale en mi blog Siguientepagina.blogspot.com,

junto a esta carta, el capítulo 2 de mi libro Doble Cara. 

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