Por Ciudadano:
En su discurso de aceptación de la candidatura en la Convención Republicana, Trump tiró patadas a medio mundo, como es su estilo. La sorpresa: Algunas de las patadas más fuertes le cayeron a usted. Tiene que haberle dolido, ya que se sintió chero de quien piensa que será el próximo presidente de Estados Unidos...
Veamos lo que dijo Trump, en su ya famosa manera de sacar cualquier ocurrencia de la manga cuando habla sin script: “En cierto país, cuyo presidente me gustó mucho, él recibe gran publicidad por ser tan buen pastor de su país. Dice que su país va muy bien, ya que ha bajado la tasa de criminalidad. Dice que está educando toda esta gente peligrosa. Hemos leído sobre esto por dos años, y pensé: Es maravilloso, déjenos estudiarlo. Y me di cuenta que no los está educando, está mandando a todos estos criminales, sus narcotraficantes, la gente que tiene encarcelada, todos los manda a Estados Unidos. Él está tratando de convencer a todo el mundo que está haciendo un trabajo maravilloso en su país. Pero él no está haciendo un trabajo maravilloso. En El Salvador los asesinatos bajaron en un 70 por ciento. ¿Y por qué han bajado? Han bajado, porque están enviando a sus asesinos a Estados Unidos…”
Bueno, como casi todo lo que habla sobre inmigración y criminalidad, esto no tiene sustento en hechos o cifras. Son inventos. No vale la pena discutirlos. Es absurdo pensar que usted haya mandado a todos los criminales a Estados Unidos, cuando ahora tenemos 107 mil presos, gracias al régimen de excepción.
Pero esto no quiere decir que no tenga relevancia el hecho que en el más importante discurso de su campaña electoral Trump haya dicho que usted “no está haciendo un trabajo maravilloso”. Es un bombazo. Y para usted, un balde de agua fría.
¿Cómo interpretar esta actitud de Trump, cuando usted ha estado recibiendo a su hijo con honores; cuando se ha hecho chero con Marco Rubio, Tucker Carlson y otras figuras cercanas al candidato republicano? Y cuando se ha hecho el rock star de la nueva ultraderecha latinoamericana, vendiendo su “modelo Bukele” de seguridad a los países que sufren bajo la criminalidad – exactamente el modelo que Trump, con dos patadas, ha destrozado...
Hay una explicación. La da Will Freeman, un analista experto en las relaciones entre EEUU y América Latina: “Trump golpeó a Bukele, acusándolo de reducir la tasa de criminalidad en El Salvador mandando a sus criminales a Estados Unidos. Y esto, mientras toda la estrategia de Bukele para evitar un fiasco económico requiere que Trump sea elegido y presione al Fondo Monetario para que llegue a un acuerdo con El Salvador. Si yo fuera una estrella en ascenso de la nueva derecha latinoamericana (como Milei, Bolsonaro, Bukele...), yo tomaría conciencia de que la lente de Trump para la región es el nativismo, no una especie de conservadurismo pan-americano. Trump y Rubio no son la misma cosa...”
Si el más poderoso de todos los populistas de derecha ha escogido a usted como piñata para exhibir cómo la destroza - en público, en la convención de su partido y en prime time de televisión, usted está en problemas. Sólo porque montones de derechistas, libertarios, predicadores y bitcoiners de Estados Unidos vienen a El Salvador para lamerle las botas, no significa que será un aliado de un posible gobierno de Trump. Fue bajo la administración Trump que el Departamento de Justicia exigió a usted la extradición de jefes pandilleros para que enfrenten la justicia estadounidense. No le hizo caso. Puede ser que Biden le perdonó, pero Trump no.
Su problema es que nunca ha tenido una política, mucho menos una estrategia, de relaciones internacionales. Simplemente ha extendido al exterior su red de cheradas, que le funciona en El Salvador para consolidar su poder. Ahora el mismo Trump le desinfló este globo.
Será interesante leer cómo usted responderá a su tío Donald.
Sin más que agregar,
Paolo Lüers