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Carta a Rolando Castro: Tu advertencia es correcta pero en balde

Queda una cosa donde nosotros dos no estamos de acuerdo: Tú sigues pensando que aprendiendo de la historia del FMLN el Bukelismo podrá salvarse del futuro desgaste y la desconexión del pueblo – y yo no.

Por Paolo Luers
Periodista

Estimado Rolando:

Fuiste el primero en comentar las recientes elecciones internas del FMLN, ganadas por el Chino Flores, ex candidato presidencial. Las llamaste “irrelevantes”. Tienes razón, el FMLN ya es irrelevante. Sin embargo, las elecciones internas no fueron tan irrelevantes. Fue una elección entre renovar el partido o mantenerlo paralizado; entre convertirse en oposición coherente contra el gobierno o mantenerse en la posición de ni chicha ni limonada. No sabemos si Simón Paz y Dina Argueta hubieran podido transformar al FMLN en una fuerza movilizadora en defensa de la democracia, pero hubiera valido la pena el experimento. Ahora -y esto sí es relevante- los cuadros de José Luis Merino nuevamente se han impuesto – y el FMLN seguirá dando cachetadas de payaso a la dictadura, pero en el fondo se someterá.

Tú dices, en tu largo comentario sobre el FMLN, que “nadie puede negar que el frente mantuvo una lucha armada sostenible en más de una década y enfrentó un contexto nacional e internacional nada fácil”. Bueno, sí hay alguien que lo niega enfáticamente: se llama Bukele. Me alegra que tú no compartes la negación de la historia de tu jefe.

Tienes razón, cuando dices que la decisión del FMLN de llevar al poder a “ese producto foráneo (Mauricio Funes) fue el inicio de su propia autodestrucción político social.” Es exactamente lo que yo advertí en el momento que decidieron entregar al país -y a la izquierda- a un egocéntrico corrupto como Mauricio Funes. 

Y luego tú haces un diagnóstico interesante de la enfermedad que destruyó al FMLN. Lo resumes en 6 pecados: “prepotencia, matonería, soberbia, corrupción, desconexión y altanería”.

Interesante, porque es la perfecta descripción del nuevo partido hegemónico y su gobierno, en el cual tú sirves como ministro de Trabajo. Cinco de los pecados mortales -la prepotencia, la matonería, la soberbia, la corrupción y la altanería- caracterizan perfectamente la manera de actuar de Bukele y su fanclub Nuevas Ideas. Es cierto, estos pecados han sido elementales para la caída del FMLN, aparte de su incapacidad de soltar los dogmas de la izquierda autoritaria. Y el resultadofue lo que señalas como sexto pecado: la desconexión. Y es el único punto de tu lista que no aplica al Bukelismo. Bukele ha heredado y llevado al extremo los otros pecados cardenales, pero no la desconexión con la gente. Todavía no, gracias a la capacidad que tiene de descifrar las profundas frustraciones de la gente, de manipularlas y de hacerse vocero de ellas. Pero la desconexión será la consecuencia inevitable de los otros pecados. Tarde o temprano.

Tengo entendido que al escribir cómo el FMLN perdió su legitimidad y su credibilidad ante la gente trataste de advertir a la nueva fuerza hegemónica que le puede pasar lo mismo.

Todo proyecto que descansa en la voluntad popular de su pueblo, debe de ver al FMLN como el mejor ejemplo para NO hacer lo que ellos hicieron”, escribiste en tu comentario sobre el FMLN, que en verdad es una advertencia a Bukele y Nuevas Ideas. La suavizas un poquito, concluyendo que la tuya es una “reflexión para toda la sociedad, incluido los movimientos sociales y sindicales de El Salvador”. Qué bueno que alguien lo diga...

Y tienes toda la razón. Pero, queda una cosa donde nosotros dos no estamos de acuerdo: Tú sigues pensando que aprendiendo de la historia del FMLN el Bukelismo podrá salvarse del futuro desgaste y la desconexión del pueblo – y yo no.

Quien niega la historia y prefiere reescribirla a su medida, no aprenderá nada de ella.

Cuídate, Rolando. A algunos no les va a gustar tu advertencia.

Saludos te manda Paolo Lüers

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