Por Ya era tiempo que decidiera llegar a El Salvador y abrace a Nayib Bukele.
Luego de volar a California -a expensas del Estado argentino- para visitar a Elon Musk el autoproclamado Sumo Pontífice de la secta libertaria; luego de ir a Davos en los Alpes suizos para decir a la élite económica del mundo que dejen de apoyar al socialismo; luego de participar como orador principal en una convención del ala derechista más radical de los Republicanos para expresar su apoyo incondicional a Trump; y luego de viajar a Madrid
para participar en un congreso de VOX, el partido ultraderecha de este país, no sin aprovechar de insultar al presidente del gobierno Pedro Sánchez y su esposa, lo más lógico era que su próxima estación sea El Salvador para acompañar a Nayib Bukele en su entronización como dictador.
Ustedes dos son una pareja hecha en el cielo. Ustedes dirían hechos para salvar América Latina. Yo diría para hundirla. Ustedes dos compiten por el título de ‘presidente más cool del mundo’ - pero comparten el desprecio a las instituciones democráticas, la prensa libre, y los pobres.
Bukele tiene decenas de miles de pobres en la cárcel, usted hundió a los pobres de Argentina a la miseria y a la clase media en la pobreza - y para más joder radicalmente todos los programas sociales que mantienen comiendo a los pobres, porque para usted esto es puro socialismo.
Para nuestro presidente, que se hace llamar Philosopher King, todavía son útiles los plebeyos – mientras no comiencen a protestar por la falte de medicamentos, los malos hospitales y escuelas al punto de derrumbarse.
Para un demagogo en búsqueda de ideología, usted puede ser el gurú, que convierte el odio, que Bukele ya siente por la democracia liberal y por los pobres, en un verdadero libertario. Un dictador necesita una ideología, aunque sea solo para intoxicar a las masas. La ultraderecha ya es la corriente internacional, la única, donde Bukele se siente tomado en serio. Temo que con usted como gurú va a detectar como vestir su sed de poder y riqueza de una ideología simple…
A nuestro presidente le gustan que le visiten y se tomen selfies con él los show men, los hombres de espectáculo, por más excéntricos mejor. Va a estar feliz de recibir a un presidente que posa como cantante de rock o como el asesino de la motosierra. Su motosierra no solo le fue útil en la campaña, luego la usó para despedazar ministerios y
mutilar presupuestos. Ambos se desviven por ser vistos como hombres fuertes, por eso ambos despotrican contra políticas de género y de protección a minorías.
Un sicólogo diría que los hombres que juegan tanto a machos lo hacen para que nadie dude de su
masculinidad. Usted no es bienvenido en El Salvador. Es bienvenido en Casa Presidencial y en los
círculos de poder del presidente.
Sólo una plegaria: Por favor, no cante en casa ajena.
Saludos, Paolo Luers