Por Amigos:
Cuando le roban a uno, normalmente uno se da cuenta, a menos que sea el gobierno que disfraza el robo como préstamo, aunque sabe que no lo va a poder pagar. Obligar a alguien a prestarle dinero sabiendo que no lo podrá pagar es una forma de robo.
Ustedes pagan mes a mes su cotización previsional, que es un ahorro obligado para poder recibir, en el futuro, sus pensiones. Estos dineros los reciben las AFP, las Administradoras de Fondos de Pensiones. Hasta ahí no hay problema: Usted está ahorrando para un futuro seguro. El robo comienza en el siguiente paso: Se crea una ley que obliga a las AFP a prestarle al gobierno grandes partes de los fondos de pensiones. Miles de millones de dólares, que deberían estar ganando intereses en el mercado financiero internacional para crear fondos de reserva que aseguren las futuras pensiones, terminan sacando al gobierno del lío en que se ha metido teniendo un enorme déficit fiscal, ya que gasta demasiado y no logra generar el crecimiento económico que se necesitaría para recaudar más impuestos.
El gobierno fracasa, quebrando las finanzas públicas, y ustedes pagan la cuenta.
Y no estamos hablando de poquito dinero. Estamos hablando de sumas que obviamente son impagables. ¿Cómo lo van a pagar si cada mes, cada año, el déficit del gobierno es más alto? Desde que en abril del 2023 entró en vigencia la Ley de Pensiones, que el actual gobierno aprobó con su súper mayoría legislativa, cada vez más dinero han tenido que desviar del Fondo de Pensiones. Entre abril y junio 2023, el monto que mensualmente desviaron quedó estable en 455 millones de dólares. A partir de ahí comenzó a subir mes a mes: $507 millones en julio, $613 millones en agosto... para llegar en diciembre 2023 a la suma de $1,097 millones.
Tomen en cuenta que este año 2023 fue el de la supuesta recuperación económica después de la pandemia. Además fue el año en el cual el gobierno supuestamente ha resuelto el problema de inseguridad y violencia, que durante años ha frenado el crecimiento económico. El fin de una época de violencia normalmente tiene como resultado una ola de inversiones retenidas. Este bono no se ha dado, por más que el gobierno celebre el fin de la inseguridad. Resulta que la inseguridad en las calles solo fue sustituida por una creciente inseguridad jurídica frente a un gobierno arbitrario y un sistema judicial que ha perdido su independencia.
Peor sigue la cosa en el 2024: En enero el gobierno desvió $1,247 millones, en febrero la suma record de $1,397 millones. ¿Cómo va a pagar un gobierno estos supuestos préstamos, si mes al mes necesita desviar más dinero para cubrir su déficit? Es precisamente por esto que nadie más le quiere seguir prestando al gobierno, ni los mercados financieros y ni siquiera el Fondo Monetario Internacional, que fue creado para ayudar a los países en problemas fiscales. Tienen que recurrir a préstamos obligados...
El gobierno actual no es el primero que ha abusado de los fondos de pensiones, como si fuera su caja chica. Pero jamás se había hecho en las dimensiones actuales. En total el Estado ahora debe casi 10,000 millones de dólares a los fondos de pensiones, o sea a todos ustedes. Estos son $1,000 millones más que el presupuesto anual del gobierno de El Salvador. Impagable. A esto hay que sumar la deuda externa, que al final del año 2023 alcanzó un total de $28,271 millones, más la deuda del gobierno con la banca nacional y con sus proveedores. Absolutamente impagable en un país donde el gasto del gobierno sube y tanto las exportaciones como las inversiones extranjeras bajan...
Por esto hay que decirlo sin rodeos: Obligar a las AFP, o sea en última instancia a ustedes los cotizantes, a seguir prestando al gobierno es un robo mal disfrazado.
Muy poca gente tiene claro este desastre fiscal. Las cifras se publican en los periódicos, pero lastimosamente en sus secciones de economía que casi nadie lee. Deberían de ser las noticias principales en un país tan cerca a la quiebra.
Saludos,
Paolo Lüers