Queridos amigos:
Mi respeto a las mujeres y hombres de los partidos opositores, que durante las interminables jornadas de escrutinio se han enfrentado a la maquinaria obscena de fraude, intimidación y desinformación. Les tocó enfrentarse día y noche a la turba cian, manadas de patanes conducidos por altos funcionarios del gobierno y protegidos por policías, fiscales y delegados del Tribunal Electoral.
Mi respeto a los periodistas, que han sido sistemáticamente hostigados por la turba que se había arrogado el poder sobre el proceso electoral y trató de evitar que se registraran todas su irregularidades.
Todos ustedes han sido los verdaderos héroes de este proceso, no los que resultaron electos en estas elecciones amañadas. Excepto Claudia Ortiz. Ella es la verdadera ganadora de estas elecciones - no Nayib Bukele con su triunfo anunciado y ciertamente no los 54 mediocres, que van a seguir puyando botones en la Asamblea.
Luego de que pudimos ver a Claudia Ortiz día tras día dando la cara con inagotable paciencia, con dignidad y con firmeza, denunciando todas las patanadas del día, seguramente ahora se ha ganado el doble de apoyo popular.
Surge de estas elecciones una oposición derrotada, porque resultó impotente, mal preparada y dividida contra la maquinaria de trampas, intimidación y desinformación – pero al mismo tiempo surgió Claudia Ortiz con el mandato claro de asumir el liderazgo y la representación de la nueva oposición. Espero que ella tenga claro que esta nueva oposición no se llamará simplemente Vamos, aunque este partido será el núcleo institucional para que arranque. Y espero que los jóvenes de Nuestro Tiempo, quienes a pesar de un extraordinariamente digno y combativo desempeño en la recta final del proceso electoral tendrán que enfrentar la disolución de su partido, no pierdan tiempo con su refundación. Mejor háganse partícipes de la construcción de la unidad opositora que necesita el país con urgencia. Es bien probable que la suma de todos los fraudes cometidos impunemente -los previos que desnivelaron la cancha, los del día de la votación y los de los escrutinios- le han impedido a Nuestro Tiempo a alcanzar una diputación o por lo menos los 50 mil votos necesarios para sobrevivir. No hay que darle al régimen la satisfacción de haber eliminado actores políticos que el régimen consideraba peligroso a futuro. Nuestro Tiempo no ha logrado convertirse en un partido con masiva participación ciudadana, pero ha creado un cuerpo valioso -y valiente- de activistas, que debe ser parte de la nueva oposición que se tiene que formar.
El Frente como estructura partidaria no va a jugar -ni merece jugar- un papel en la lucha por recuperar la democracia. El aparato de partido no ha luchado en estas elecciones, ni en la defensa del voto. Pero hay miles de militantes y simpatizantes de izquierda que se sienten huérfanos, ya que su partido es paralítico – y estos sí tendrán su espacio en la construcción de la alternativa democrática. Y algo parecido es cierto en el caso de ARENA. Ni del Frente ni de ARENA saldrán los impulsos ni las ideas para la oposición democrática que necesitamos para enfrentar a la dictadura. Tampoco sólo de Vamos. Será de todos y realmente nuevo, o no será. Y ya se ha perfilado y ganado el respeto de muchos un cuerpo creíble de dirigentes, encabezado por Claudia Ortiz y ojala complementado por Luis Parada, Héctor Silva y otros jóvenes de Nuestro Tiempo.
¿Es temprano hablar de estas cosas? Nunca es demasiado temprano. Hay que provocar esta discusión.
Una tuitera muy popular hizo hoy la pregunta que se harán muchos: “Bueno y después de todo esto... ¿en qué mood vamos a andar?”
Le mandé la única respuesta que me parece adecuada: “Vamos andar en el mood de seguir jodiendo y no dejarnos joder".
Saludos, Paolo Luers