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Carta sobre el drama político y humano en Israel y Gaza

Ninguna demagogia ayuda a resolver el drama de Israel y Gaza, señores presidentes de América Latina.

Por Paolo Luers
Periodista

Estimados lectores:

El ataque de Hamas a Israel y su killing spree, su furia homicida, contra la población civil fueron tan sorpresivos e inimaginables para todos, que ahora nadie sabe cuál sería la respuesta adecuada de Israel y el mundo. Esto incluye al gobierno, al alto mando militar, la oposición, y la sociedad civil de Israel.

Saben, sin tener la mínima duda, que tienen que reaccionar con fuerza, castigar a Hamas y, sobre todo, hacer todo lo posible para rescatar a los 150 rehenes que secuestró Hamas a Gaza. Pero no saben cómo hacerlo sin crear otros problemas probablemente igual de graves o más graves que el ataque de Hamas. Si Israel destruye Gaza, para destruir a Hamas, y esto termina en una masacre a la población civil, será sujeto de condenas en todo el mundo, incluyendo en sus países aliados. Y peor aún: Se sepultaría por una generación más cualquier perspectiva de una solución negociada y duradera.

Entonces, surgen algunas preguntas, que por el momento nadie parece poder contestar: ¿Cómo castigar a Hamas sin castigar a los 800 mil pobladores de Gaza, que esta organización usa como escudo? Y otra pregunta más de fondo: ¿Es realmente la solución adecuada al problema buscar destruir, erradicar de la faz de la tierra a Hamas, como ahora muchos piden? ¿No será mejor usar la inteligencia y la fuerza necesaria para debilitar a esta organización radical hasta que abandone su estrategia de terror y abandone su meta de destruir Israel? Querer destruir a Hamas y en el camino la población civil de Gaza creerá un caos en toda la región, que no puede ser beneficioso para Israel.

Si Israel no tiene respuestas a estas preguntas, mucho menos los que observamos este drama desde afuera. Por un reflejo automático e irracional, muchos toman partido contra Israel, sin ninguna conmoción por las víctimas de la masacre que cometió Hamas entre civiles en Israel. Otros toman partido por Israel, tome las medidas que tome, sin preocuparse de las víctimas inocentes que pueden causar estas respuestas – y de lo que esto significará para la paz, que en algún momento habrá que construir.

Otros, incluso presidentes, confunden la cosa aun más, haciendo comparaciones absurdas. Cito dos ejemplos: Nayib Bukele compara Hamas con la Mara Salvatrucha y exige su erradicación, siguiendo su ejemplo. Pero semanas antes recibió en Casa Presidencial al Emir Tamim bin Hamad Al Thani, monarca de Qatar. Lo recibió como hermano y aliado, a pesar de que es ampliamente conocido que Qatar apoya y financia a Hamas, a diferencia de sus vecinos Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que buscan acercamientos con Israel para construir paz en la región.

El otro ejemplo, aun más absurdo, es Gustavo Petro, el presidente de Colombia, quien para mostrar su apoyo incondicional a ‘la causa palestina’ compara a Gaza con el gueto judío de Varsovia, y Hamas con los judíos que se insurreccionaron contra las fuerzas nazi que tenían ocupado Varsovia y cercado el gueto. Comparar a la resistencia judía contra los nazis con Hamas es un absurdo, que demuestra una deplorable ceguera ideológica. Pregunto a Petro: ¿Y qué es la ‘causa palestina’? Desatar el terror para impedir cualquier búsqueda de paz – o trabajar para construir paz para ambos, palestinos y israelíes?

Ninguna demagogia ayuda a resolver el drama de Israel y Gaza, señores presidentes de América Latina.

No podemos dejar de reconocer el derecho de Israel a existir – y de defenderse, cuando su existencia está siendo atacada de manera tan brutal como lo hizo Hamas. Tampoco podemos dejar de reconocer el derecho de los palestinos a tener su propia tierra, su propio Estado y su propio futuro – y de defender este derecho, cuando es tan tajantemente negado, como lo hace el actual gobierno derechista de Benjamín Netanyahu, con su política agresiva de anexión definitiva de los territorios palestinos.

No podemos dejar de condenar a ambos, tanto palestinos como israelíes, cuando escogen y ejecutan métodos inhumanos y de terror para defender sus derechos. No habrá paz jamás mientras la manera de defender los derechos de unos niegan los derechos de los otros.

Los israelíes tienen que responder a la barbarie de Hamas. Pero deben encontrar la forma de reaccionar a la barbarie sin caer en la barbarie. Esto es su gran dilema y solo podemos esperar que lo logren superar.

Cualquier posición, que no tome en cuenta el sufrimiento de los civiles en ambos lados, no ayuda, sino abona al conflicto.

Saludos,

Paolo Lüers

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Invasiones Israel Las Cartas De Paolo Lüers Opinión

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