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Carta a los directores del Fondo Monetario: Bukele se burla de ustedes

Bukele se está burlando de ustedes. El gobierno de El Salvador se comprometió a no seguir usando fondos públicos para comprar Bitcoin, supuestamente como “reserva estratégica”. Pero, pueden leer en Twitter la respuesta muy personal de Bukele: “No vamos a parar. No paramos cuando el mundo entero nos marginó y la mayoría de bitcoiners nos abandonaron. No vamos a parar ahora y no vamos en el futuro”. Y para que nadie dudara de qué estaba hablando, agregó un gráfico de sus “inversiones” que dice: “El Salvador acaba de comprar otro bitcoin para la reserva estratégica”.

Por Paolo Luers
Periodista
Escúchala en la voz de su autor

Su decisión de otorgar al gobierno de El Salvador préstamos de un total de 1,400 millones de dólares y de gestionar que otras instituciones complementen este paquete a 3,500 millones está basada en falsedades y engaños. Los pecados, errores y debilidades por los cuales ustedes negaron al gobierno de Nayib Bukele durante años este financiamiento solicitado siguen existentes. Y ustedes lo saben.

En vez de alegar supuestos “progresos recientes” del gobierno en materia de “transparencia, buena gobernanza y desequilibrios macroeconómicos”, hubiera sido más honesto explicar su decisión confesando que el FMI ha cambiado sus criterios. Su función era obligar a los gobiernos que les pidieran apoyo que corrigieran las causas de sus desequilibrios y adoptaran políticas basadas en transparencia y buena gobernanza.

Consta entonces que ahora ustedes se prestan a fortalecer a gobiernos que precisamente por su mala gobernanza y por la falta de transparencia y seguridad jurídica no logran crear crecimiento ni resiliencia.

Es una mentira bastante cínica cuando ustedes dicen que el gobierno de Nayib Bukele “se propone corregir los desequilibrios macroeconómicos y fortalecer la gobernanza y la transparencia”. Sus expertos, que han estudiado por años la situación del país, pudieron constatar, con toda claridad, que lo contrario es el caso -y que es precisamente por esto que el país está en permanente crisis fiscal y no logra el aumento de inversión -nacional e internacional- que es necesario para impulsar el crecimiento.

Este es un círculo vicioso que no se va a resolver tirándole dinero. No se resuelve con los 1,400 millones de ustedes ni con 3,500 millones de dólares.  Lo único que van a lograr con préstamos con estas condiciones tan blandas y condescendientes es consolidar a un régimen autoritario.

Bukele se está burlando de ustedes. El gobierno de El Salvador se comprometió a no seguir usando fondos públicos para comprar Bitcoin, supuestamente como “reserva estratégica”. Pero, pueden leer en Twitter la respuesta muy personal de Bukele: “No vamos a parar. No paramos cuando el mundo entero nos marginó y la mayoría de bitcoiners nos abandonaron. No vamos a parar ahora y no vamos en el futuro”. Y para que nadie dudara de qué estaba hablando, agregó un gráfico de sus “inversiones” que dice: “El Salvador acaba de comprar otro bitcoin para la reserva estratégica”.

Se está riendo en la cara de ustedes. Siendo el nuevo darling de Trump siente que ni el FMI ni el Banco Mundial ni nadie le puede tocar, haga lo que haga.

Lo mismo pasa con la transparencia. Bukele suscribió un compromiso para garantizar el acceso libre a la información pública, pero sigue reservando toda la información relevante para medir los grados de corrupción y del deterioro del Estado de Derecho.

Habla de la lucha contra la corrupción e incluso promovió una nueva ley, pero ninguna de las instancias que tienen que aplicarla tiene la independencia necesaria para hacerlo contra él, su clan y sus socios políticos y comerciales.

Ustedes le hablan a Bukele de “buena gobernanza”. Según la definición de Naciones Unidas, “la buena gobernanza es el proceso mediante el cual las instituciones públicas manejan los asuntos públicos y gestionan los recursos públicos para promover el Estado de Derecho y el ejercicio de los Derechos Humanos (derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales)”. Ni una palabra de esta definición refleja lo que el gobierno Bukele está haciendo. Todo lo contrario. Pregunten a sus expertos que han analizado la situación en El Salvador. Pregunten a Naciones Unidas, a la OEA, a Human Rights Watch o a Amnistía Internacional.

¿Qué herramientas piensan usar ustedes para obligar al gobierno de Bukele a que cumpla lo que está escrito en el acuerdo sobre transparencia, Estado de Derecho, seguridad jurídica, la protección a los fondos previsionales que financian las futuras pensiones?

¿Cómo piensan garantizar que los porcentajes de recorte fiscal que el FMI prescribe al gobierno no aumenten la pobreza en El Salvador?

¿Habrá una instancia que supervise la implementación del programa y tendrá la autoridad y la voluntad política de suspender los desembolsos al gobierno cuando no se cumplan las condiciones acordadas?

Así como se ve ahora, con todo el proceso de negociaciones entre ustedes y el gobierno tan contradictorio y opaco, podemos dudar de la buena fe del Fondo.

Saludos,

Paolo Lüers

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FMI Nayib Bukele Opinión

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