Resulta que eran falsas las informaciones de que Nayib Bukele fue invitado por Donald Trump a su inauguración. Los únicos gobernantes amigos presentes en la ceremonia en el Capitolio fueron Giorgia Meloni, de Italia, y Javier Milei, de Argentina. Resulta que el presidente inconstitucional de El Salvador no fue admitido a esta liga de líderes de la derecha autoritaria mundial. ¡Qué golpe al ego de nuestro ‘philosopher king’! Tan fuerte que se quedó callado y ni siquiera mencionó el histórico regreso de Trump al poder...
Con o sin Bukele, fue un día de desgracia en Washington. En la rotonda del Capitolio estaba reunida la élite de Estados Unidos. Es una cosa participar en una ceremonia institucional, pero lo que se dio en el Capitolio, durante el mensaje de Trump, fue una escena vergonzosa. Hasta los anuncios más absurdos y grotescos del nuevo presidente -y fueron muchas, que desafiaron la racionalidad- fueron respondidos por los asistentes con frenético aplauso de pie.
- “Vamos a recuperar el canal de Panamá” – todos de pie y aplaudiendo.
- “Bajo mi gobierno Estados Unidos va a recuperar su derecho a la expansión” – más aplauso. A la élite estadounidense le fascina el regreso a la idea del imperio.
- “Voy a desplegar al Ejército para parar la invasión de ilegales en la frontera Sur” – aplauso aun más frenético.
- “Voy a deportar a millones de migrantes ilegales” – delirio de aplauso.
- “A partir de hoy decreto que solo habrá dos géneros, el masculino y el femenino” - todos de pie y aplaudiendo.
- “Voy a revocar el derecho a la ciudadanía estadounidense de hijos de migrantes nacidos en Estados Unidos” – entusiasmo en el público. A nadie le importa que se trate de un derecho constitucional.
- “Vamos a revocar el ‘New Green Deal’ y regresar a la explotación sin límites de gas y petróleo” – ovaciones.
Si todo esto hubiera pasado en un rally electoral, con la multitud de fanáticos del ‘Make America Great Again’ aplaudiendo y tirando sus cachuchas rojas, esto sería ya normal en Estados Unidos. Pero los que aplauden aquí los anuncios imperialistas e inconstitucionales de Trump son los miembros más selectos de la élite política y económica de Estados Unidos. Los líderes del Congreso. Los jueces de la Corte Suprema. Los magnates de Wall Street. Los nuevos oligarcas de la industria tecnológica, encabezados por Elon Musk.
Es la rendición incondicional de la élite de Estados Unidos ante un delincuente condenado, quien les dice en la cara que va a cambiar las reglas del juego en Estados Unidos – y en el mundo.
Nayib Bukele, aunque ausente y resentido por no haber sido invitado a esta élite, a la cual toda la vida ha sido tan desesperado a pertenecer, igual se va a plegar a los diseños del nuevo imperio del Norte.
- Le van a mandar a cientos de miles de compatriotas deportados – no le importa.
- Va a recibir menos remesas – va a ponerle buena cara a Trump - para que no lo siga humillando y para que lo deje hacer con El Salvador lo que le dé la gana.
Por esto, este 20 de enero entrará a la historia como el Día de la Desgracia. Para mí, esta fecha siempre seguirá siendo el cumpleaños de mi madre Verena von Kruedener – y el aniversario de mi matrimonio con Daniela Heredia. Día de Gloria.
Saludos, Paolo Luers