Carta a los periodistas: No somos indefensos

El efecto de lo que en “Forbidden Stories” hacen es que los gobiernos y los mercenarios que atacan al periodismo quedan expuestos y en defensiva. No somos indefensos los periodistas.

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Estimados colegas:

Nos están atacando, en todo el mundo. A varios los han matado, a otros los han encarcelado, a algunos los han logrado callar con amenazas, a muchos los han obligado al exilio. Y aparte de la represión pura y dura, común en muchos países, usan complejos mecanismos de desinformación para contaminar el agua que tomamos todos: la información.

Hablemos de esta última parte de los ataques al periodismo. Aunque está muy presente aquí, no estoy hablando de El Salvador y sus granjas de trolles. Estoy hablando de un fenómeno global, con actores y redes globales, mercenarios de la guerra psicológica.

Son enemigos de la verdad, de nuestra profesión y de la democracia. Y cuando trabajan por y con los gobiernos, se vuelven realmente poderosos y peligrosos.

Hasta aquí la mala noticia, recién documentada y publicada por los periódicos más prestigiosos del mundo (vea los links abajo).

Pero la buena noticia es que no solo somos blancos de ataque: en todo el mundo periodistas han ido a la contraofensiva. Surgió la iniciativa internacional “Forbidden Stories/Historias Prohibidas”, que ha hecho convenios de investigación conjunta y de divulgación con los grandes medios del mundo, como Le Monde, The Guardian, El New York Times, El Washington Post, Der Spiegel, El País, pero también con medios en Asia, África, y América Latina.

El propósito que une a todos es simple: Vamos a joder a los que nos están jodiendo. Vamos a mostrar que no somos indefensos. Vamos a mostrar que estos mercenarios de la desinformación tienen un flanco débil: necesitan la oscuridad para existir así que vamos a exponerlos a la luz.

Comenzaron a investigar, juntando los recursos y las informaciones de periodistas y medios de todo el mundo. La primera bomba que reventaron fue el “Caso Pegasus”, sobre el espionaje sistemático que muchos gobiernos hacen contra periodistas mediante la intervención ilegal de sus comunicaciones telefónicas y digitales.

El proyecto que ahora reventó se llama “Story Killers” y trata sobre los gobiernos y agencias que quieren impedir que salgan historias incómodas. Igual que en el “Caso Pegasus”, el bombazo fue fuerte, porque los investigadores lograron crear la red de medios grandes, creíbles y poderosos en todo el mundo. Luego salieron múltiples investigaciones sobre ataques a periodistas en diferentes países y sobre los hechos que con estos ataques querían ocultar. Las investigaciones siguen saliendo: sobre una agencia de desinformación conocida como “team Jorge”, operada por exagentes de inteligencia israelí, que diferentes gobiernos contrataron para manipular elecciones y para desacreditar a los periodistas críticos en sus países. “Disinformation-for-hire”, lo llaman en el sitio de Forbidden Stories.

En estos días salió una investigación sobre “Eliminaria”, una firma española, que presta servicios muy particulares: lavarles la cara a corruptos y al mismo tiempo enlodar a sus críticos, sobre todo colegas periodistas, mediante técnicas de manipulación de datos, falsificación de documentos, fake news, etc.

El lema de esta iniciativa de autodefensa y contraofensiva de periodistas contra los poderes oscuros de desinformación y los gobiernos que los contratan es “Killing the journalist won’t kill the story” (Matar a los periodista no mata la historia), las hacen públicas en todo el mundo. El impacto se multiplica, porque todos los demás medios, en todos los países del mundo, pueden retomar las investigaciones. El Diario de Hoy está preparando un resumen de estos casos investigados por “Forbidden Stories/Story Killers”.

El efecto de lo que en “Forbidden Stories” hacen es que los gobiernos y los mercenarios que atacan al periodismo quedan expuestos y en defensiva. No somos indefensos los periodistas.

Ánimo y saludos, estimados colegas. Saludos, Paolo Luers