Estimado amigo:
Me contó un amigo común que usted ha sido abordado por la señora Milena Mayorga, embajadora del presidente salvadoreño Nayib Bukele en Washington. Si no lo ha hecho ya, en el próximo contacto le invitará a El Salvador para un tour guiado por el paraíso para inversionistas, recepción en Casa Presidencial y servicio de helicóptero incluido.
Los personeros que hasta ahora la señora Mayorga ha traído a El Salvador y ahí presentado con toda pompa como inversionistas de alto quilate, han sido gurús de la secta del Bitcoin y figuras de segunda categoría del mundo de Hollywood. Con ellos ha anunciado grandes proyectos, tanto de inversión hotelera como de cine y show business. Además ha anunciado que está gestionando inversiones importantes de Amazon y de Tesla en El Salvador. Pero estos están en el reino de la fantasía, igual que los anuncios grandilocuentes de Nayib Bukele: ya cuando era alcalde de un pueblo de la periferia de la capital, anunció inversiones de 10 mil millones de dólares para su municipio; cuando estaba en campaña electoral para la presidencia, anunció que, haciendo escala en Alemania, había gestionado la participación de Lufthansa y de la compañía aeroportuaria de Múnich en su proyecto estrella: un segundo aeropuerto internacional en el Oriente del país. Resulta que ni Amazon, ni Tesla, ni Lufthansa tenían conocimiento de estas fantasiosas mega inversiones. Y resulta que la medida estelar del gobierno Bukele, la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal, ha sido un bluff, una burbuja que ya reventó…
Así que, estimado amigo, tenga cuidado cuando le vuelva a hablar Milena Mayorga: Está lidiando con artistas del engaño - con artists, como lo llaman ustedes. Aunque siempre hablan de cientos o incluso miles de millones de dólares, estos con artists no están realmente tratando de bajarle dinero a los inversionistas, ellos saben que ni Lufthansa, ni Jeff Bezo, ni Elon Musk, ni usted van a soltar pisto a unos estafadores. Están detrás de su nombre, de su prestigio. No es un operativo financiero, sino uno de márquetin político, como todo lo que hace este gobierno. Bukele y sus operativos, incluyendo su embajadora Milena Mayorga, son expertos en lo que ustedes llaman name dropping, pretendiendo estar en contacto, en este caso en megaproyectos conjuntos, con los grandes nombres del mundo de las finanzas, del show business y de las tecnologías de punta.
Bueno, nuestro amigo común me ha pedido advertirle que usted está en la mira de estos con artists, cuya especialidad es venderles un producto que no existe: un país con un clima fantástico de inversión, un país que gracias a la gestión de Nayib Bukele ha ganado la guerra contra el crimen organizado y las pandillas y un gobierno estable que ofrece seguridad jurídica. Este paraíso no existe. Es lo que ustedes llaman un ‘sham package’, un producto de mala calidad en un envoltorio maravilloso, pero de mentiras.
La paz social y la seguridad pública que venden es a costa de un estado de excepción permanente que limita los derechos ciudadanos y resulta siendo lo contrario a seguridad jurídica. El combate a la delincuencia y la violencia no contiene medidas que impactan las raíces sociales de estos problemas, sino que es exclusivamente represivo, con 45 mil capturas en 4 meses, muchas de ellas arbitrarias. Lo que con esto construyen no es paz social, sino una bomba de tiempo de estallido social.
El clima de inversión que tratan de vender es una mentira cínica de un gobierno que ha endeudado el país, y al mismo tiempo ha inflado el Estado y sus gastos populistas, a un grado que ahora está al punto del impago y al punto de confiscar los fondos de pensiones para mantener una liquidez temporal.
Cuando nuevamente le contacte la embajadora, que será pronto, tiene dos opciones: cerrarle la puerta o confrontarla con esta carta, para que le compruebe que lo que digo sobre su esquema de engaño es falso. Ella le va a recitar la lista de los inversionistas ya comprometidos y yo le recomiendo que investigue quiénes son. Se va a topar con una gama de figuras dudosas que va desde actores fracasados como David Baldwin, quien pretende representar un consorcio que va a invertir 1,200 millones de dólares en El Salvador, hasta compañías de criptomonedas investigadas por el fiscal general de Nueva York, pasando por locos certificados como el gurú del Bitcoin Max Kaiser.
Estoy seguro que usted no quiere ser parte de este juego de apariencias, donde los con artists se atraen para ver quién toma ventaja del otro. Si necesita más información, no dude en pedírsela a los expertos de Bloomberg u otras instituciones competentes.
Saludos, Paolo Luers