Estimados amigos:
Cuando quebró la financiera FINSEPRO, en 1997, estalló un enorme escándalo. Los culpables y sus actos fueron expuestos públicamente. Era imposible encubrir el desfalco, aunque los responsables eran personas de la élite económica y cercanos a los pasillos del poder político.
Ahora el desfalco en la cooperativa de ahorro COSAVI fue mantenido en secreto durante años. La fiscalía comenzó a investigar la institución por lavado de dinero y desfalco en 2018, pero ustedes nunca fueron advertidos de que algo malo estaba pasando en COSAVI. ¿Cuántos salvadoreños siguieron confiando sus ahorros a esta institución entre 2018 y 2024 y ahora no pueden retirarlos? Confiaron en que el Estado -la Fiscalía, la Superintendencia, el gobierno- era el garante de que su dinero estaba seguro. Fueron defraudados también por el Estado.
Los dos casos son muy diferentes. Uno era de una fraudulenta financiera de inversiones, el actual es de una mafiosa cooperativa de ahorro. Pero tenían una cosa en común: las dos instituciones ofrecieron tasas de interés notablemente encima del mercado –cosa que siempre es sospechosa. Las tasas pueden variar, pero si alguien ofrece ganancias de 4 puntos porcentuales encima del promedio en el mercado financiero, sin duda quiere defraudarnos. Fue el caso de COSAVI y muchos cayeron en la trampa.
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La investigación de COSAVI hecha por la Fiscalía y de la Superintendencia Financiera fue -y sigue siendo- sospechosamente opaca. El expediente abierto en 2018 de alguna manera desapareció en una gaveta, a la cual, parece, que el Fiscal General instalado por Nayib Bukele en 2021 puso doble candado. Y cuando no había de otra que retomar la investigación, la mantuvieron en secreto. Hasta la fecha no conocemos ni el tamaño real del desfalco ni las circunstancias que motivan a las autoridades de encubrir la información. Cuando la Fiscalía al fin tuvo que hacer público el caso, ya que procedió a capturas, habló de 35 millones de dólares extraviados, pero conocedores del mundo de las instituciones financieras hablan de un monto hasta 10 veces más alto. Otra cosa extraña llama la atención: Hace unas semanas se supo que en el contexto de COSAVI fueron allanadas varias casas, pero hasta la fecha no hay confirmación oficial de quiénes ni por qué. Se supo que el mismo día que allanaron las casas de los directivos de COSAVI, fiscales llegaron a la casa de un destacado abogado. Sin embargo, esto tampoco se puede comprobar, debido al secretismo de la Fiscalía. Estoy absolutamente convencido de que este abogado no está metido ni en lavado de dinero ni en desfalcos. ¿Pero entonces, por qué lo buscaron en este caso? ¿Y por qué esto se maneja como secreto?
Se supo que catearon la casa del otro abogado, Sergio Méndez, anteriormente entrevistador en canales de televisión, y se comentó que él era el jurídico de la cooperativa. Hasta la fecha la fiscalía no ha mencionado su nombre, pero se sabe que ha salido del país, igual que Manuel Coto, el gerente general de COSAVI. Este último se fue y dejó a sus padres cargar el bulto, quienes ahora se encuentran entre las 15 personas detenidas.
Hay una razón que tal vez puede explicar el secretismo. Resulta que COSAVI se había convertido en la institución financiera preferida de muchas alcaldías gobernadas por Nuevas Ideas. Algunas, como la de Santa Tecla, depositaron fondos en la cooperativa y otras sacaron de ella préstamos millonarios, que en el sistema bancario difícilmente les hubieran aprobado.
Mientras no tengamos información pública bien documentada del caso COSAVI, nose puede acusar a nadie de nada. Pero se debe exigir una investigación que llegue al fondo y aclare todas las ramificaciones, caiga al final quien tenga que caer. Y sobre todo se debe exigir transparencia. Tienen que saber lo que está pasando los ahorrantes, que hacen cola en las ventanillas de la cooperativa, sólo para enterarse que no pueden rescatar sus fondos depositados.
¡Buzos, amigos! Saludos…
Paolo Lüers