Con trozos de madera, varas y lazos los pobladores han improvisado una pasarela para tener conectividad entre los caseríos capitán Lazo, del municipio de Usulután, y Las Conchas del cantón La Danta, del municipio de Concepción Batres.
Durante el invierno, quitan la pasarela provisional para evitar que la crecida del río Grande se las destruya y la sustituyen por un cable para sujetarse mientras pasan a bordo de las canoas. Ambas opciones representan un peligro para los adultos mayores y los niños que asisten a la escuela, según afirma Jesús Reyes, un lugareño de la zona.
De acuerdo con los residentes, a diario transitan más de 200 personas por paso peatonal. Así han pasado más de 20 años de estarlo haciendo en esas condiciones, lo que los expone a caer en el río.
Según Reyes, las piezas de madera que sirven como plataforma y las varas a un costado de la misma donde tienen que apoyarse con sus manos, eso no les garantiza seguridad para las personas cuando pasan cargados con mercadería.
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Roberto Mundo, profesor de profesión, trabaja en la escuela del caserío Las Conchas y tiene 22 años de laborar en el lugar. Asegura que todo ese tiempo tiene que arriesgarse para poder trasladarse a la comunidad debido a que el lugar no cuenta con un puente.
“En el invierno se nos hace muy difícil pasarlo en las canoas cuando el río está muy lleno porque es un peligro perder el equilibrio en la canoa, y en el verano que ha disminuido el nivel del agua lo tenemos que hacer en la pasarela provisional de madera que colocan en cada año los habitantes ”, agregó Mundo.
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Según el profesor, hace varios años hicieron una solicitud al gobierno para que les construyeran un puente para el paso de las personas y vehículos para facilitar el tiempo de llegada al pueblo de Batres, pero les dijeron que no era posible hacer una gran inversión porque era muy poca la gente que ahí vivía.