Que el 30.1 % de la población ha dejado de comprar medicinas en el último año debido a la falta de presupuesto o ingresos, es uno de los hallazgos de la encuesta “Pobreza Farmacéutica”, publicada este lunes por el Centro de Estudios Ciudadanos de la Universidad Francisco Gavidia.
A este grupo de personas, casi uno de cada 3 encuestados, les preguntaron cuáles fueron las razones para ello. El 42.9 % contestó que es porque las medicinas están muy caras, el 30.7 % porque sus ingresos han disminuido y el 15.1 % porque se trató de una situación inesperada.
Uno de los puntos más destacados es que solo un cuarto de los encuestados contestaron que destinan un presupuesto mensual a la salud, emergencias médicas o medicinas. El resto no lo hace. Entre los que sí lo mantienen, el valor promedio es de $126.57, con lo que se infiere que se trata de un grupo con ingresos altos. Esto es más que la tercera parte de un salario mínimo, que ya sin descuentos se coloca en $327.
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En cuanto al trato en el sector público de salud, los investigadores descubrieron que a un 44.6 % le entregaron las medicinas prescritas solo en parte, por lo que tuvieron que destinar recursos a adquirirlas por su cuenta. El 8.3 % dijo que no le facilitaron ninguna, mientras que el 43.5 % afirmó que se las dieron todas.
Respecto a la percepción de corrupción en las instituciones de salud, el 21.9 % dijo que creía que existía en los hospitales, 8.8 % en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) y 5.8 % en las unidades de salud. El 39.7 % sostuvo que no considera que exista corrupción en el sistema público de salud.
“Hay una pobreza que aún no se tipifica y es desconocida hasta hoy en nuestro país. Esta es la pobreza farmacéutica, que pretende cuantificar y geolocalizar aquella población vulnerable que tienen dificultades para acceder al derecho a la salud, que se ve imposibilitada a acceder a medicamentos”, dijo Werner Wahn, representante legal de Farmacia Solidaria, que presentó el estudio junto a la UFG.
En la muestra, se descubrió que el tipo de medicamento que el salvadoreño consume con mayor recurrencia son los antihipertensivos, con el 27.3 %, y los analgésicos, con el 22.7 %.
La encuesta fue realizada mediante la visita casa por casa entre el 26 y el 31 de enero. Fueron 1245 boletas efectivas a escala nacional.