Con una paleta rústica, sobre un bote de remo alquilado, Toribio Jiménez se mueve entre el agua del Lago de Ilopango. En los extremos de la pequeña embarcación lleva racimos de cocos, también un machete. El vendedor usa este inusual transporte para ofrecer la refrescante bebida natural, en los distintos sitios turísticos de la zona.
A Toribio esta idea le surgió por su necesidad económica. “Ya que no tenemos un trabajo estable, esta es una de las maneras en que tratamos de rebuscarse en la vida. Con este poquito de venta logramos comer”, asegura.
El bote que utiliza este emprendedor es alquilado. “Donde vi los racimos de cocos se me ocurrió venderlos. El bote es de un señor que no lo usaba, lo tenía colgado y se me ocurrió pedirle que me lo alquilara”, cuenta.
La primera vez que Toribio navegó con su emprendimiento, vendió $15, luego $20 y así fue variando. Pero en los últimos días, los cocos han subido de precio, sin embargo espera que la temporada le deje buenas ganancias.
Él es originario del cantón Dolores, Apulo; donde se encuentra el sitio turístico Vía Vela, antes Apulo Mamá. Los recorridos para su venta incluyen otros cantones aledaños, como Joya Grande y Apansino, en el extremo oeste del lago.
La esposa de Toribio también es vendedora. En una bandeja, carga las tradicionales pescaditas con sal y tortillas, las cuales ofrece a $1.
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El sueño de Toribio es contar con una propia. “Ojalá que con la gente que me compre más voy a comprar un motor, una lancha”, asegura. Esto le permitiría moverse por más lugares.