Los costos en el transporte de mercadería, principalmente desde los países asiáticos, continúan afectando a los comercios en el país, algo que se ha mantenido desde la segunda mitad de 2021 cuando estalló la denominada crisis en la cadena de suministros.
Dicha crisis, que tiene sus orígenes en la alta demanda de bienes de consumo que se disparó tras el cese de los confinamientos por el coronavirus, ha provocado efectos negativos a nivel mundial, a tal punto que traer un contenedor desde China llegó a costar hasta unos $20,000 en el peor pico de la problemática.
Tras esas alzas, gremiales en El Salvador apuntaron que los costos por traer mercadería al país habían aumentado hasta en un 500% si se comparaban con los costos antes de 2020, es decir, de la pandemia.
El pasado 21 de noviembre, por su parte, Douglas Rodríguez, presidente del Banco Central de Reserva (BCR), afirmó durante una entrevista televisiva que los precios en el rubro logístico ya habían comenzado a bajar e, incluso, señaló que han llegado a precios que rondan los $3,040 por cada contenedor.
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No obstante, Silvia Cuéllar, directora ejecutiva de la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport), confirma que el precio ya está bajando, pero siguen siendo muy altos con respecto a los costos antes de la pandemia.
Lo anterior lo confirma también el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal), Jorge Hasbún, quien apunta que “los precios de los fletes siguen altos”.
Esto se explica en el hecho de que “antes había fletes que costaban unos $5,000, pero subieron a $20,000 (con la crisis de suministros) y ahora han bajado a $10,000. Es decir, bajaron a la mitad pero ya habían subido el cuádruple”, explica el representante de la gremial.
Además, explica que, con respecto a lo señalado por Rodríguez, si esos precios, en efecto, ya comenzaron a bajar, aún no se han notado en el sector, sobre todo porque los contenedores con mercadería que ingresaron este mes lo hicieron con el precio del flete de hace tres meses, cuando aún rondaba los $12,000.
Por su parte, Fernando Romero, miembro de la junta directiva de la Asociación de Agentes de Carga y Transitarios de El Salvador (ASAC), también confirma que los costos en los fletes ya comenzaron a bajar pero atribuye esa situación al escenario macroeconómico mundial.
En este sentido, Romero subraya que son algunas rutas las que han comenzado a experimentar esa reducción, y la razón detrás de ello es que ha habido una baja en el consumo de productos, es decir, en la demanda, lo que podría estar impulsado por los riesgos de una recesión económica mundial, como producto de la inflación generalizada.
En este sentido, esa demanda podría bajar incluso más, según el experto, algo que atribuye a otros factores como el precio del petróleo, los continuos cierres por la política de cero covid en China, o el aún vigente conflicto bélico en Europa tras la invasión de Rusia a Ucrania.
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Tiempos de esperan continúan largos
Algo en lo que coinciden tanto Hasbún como Romero, es que aún existen tiempos de espera bastante altos en lo que respecta al transporte de mercadería, pues según el miembro de la ASAC, “en una ruta con 2 o más puertos de transbordo, es posible que el tiempo de tránsito aumente sensiblemente”.
Por su parte, el presidente de Camarasal apunta que al sector no solo le afecta el tema de los costos, sino, el espacio que se pueda lograr en los barcos, pues, el número de unidades que transportan mercancía se ha reducido, algo que desemboca, también, en un tiempo más largo de espera.
“Antes de 2020 uno podía saber en qué semana iba a venir un contenedor (desde Asia), ahora difícilmente puede uno saber en qué mes vendrá. Esto complica a todos los negocios”, señala el dirigente de la gremial.
Asimismo, algo que podría estar relacionado con esos costos que han ido bajando en el precio de los fletes es, precisamente, el tema tiempo. Romero añade que aún es usual encontrar fletes baratos pero con tiempos de tránsito elevados, “ya que el valor del flete en muchos casos no refleja totalmente la prioridad de movimientos y transbordos portuarios”.
En tanto, Hasbún agrega que los comercios podrían aprovechar esa disminución en los costos en los próximos meses, es decir, hasta el próximo año.
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Mientras, confirmó que la mayoría de negocios y comercios en el país ven con optimismo la temporada navideña, la cual se caracteriza por un alto consumo de productos terminados, así como también ven robustez en el abastecimiento de cara al 2023.
Con respecto a la temporada alta de diciembre, el representante de la Cámara agregó que muchos comercios se abastecieron desde junio para prevenir problemas con respecto a los amplios tiempos de espera de la mercadería importada.
Aún así, y pese a ese optimismo, el sector de las remesas genera preocupación, pues según Hasbún, estas han presentado una desaceleración en el crecimiento con respecto al ritmo que mostraron en 2021, algo que podría afectar directamente el consumo, según indica.
A octubre, el total de remesas que entraron al país asciende a más de $6,356 millones, según el BCR.