Más allá de los estragos que provocó el paso de la tormenta tropical Julia por el país, la cual causó fuertes inundaciones, una decena de personas fallecidas y miles de albergados, su influencia también afectó directamente la dinámica del sector agrícola y cafetalero pues, solo unos días después de que abandonó el territorio, los daños ya se cuentan en millones de dólares.
Según datos de la Cámara Salvadoreña de Pequeños y medianos productores agropecuarios (Campo), solo el sector de la producción de granos básicos calcula pérdidas de hasta $17 millones, debido a que más de 12,000 manzans de cultivos de frijol y maíz se perdieron, a los cuales también se suma el café nacional.
El presidente de la Asociación Cafetalera de El Salvador (Acafesal), Sergio Ticas, los daños a ese sector se estiman en una pérdida de hasta 50,000 quintales del grano de oro, el cual había mostrado un buen desempeño en lo que va del año, incluyendo un aumento considerable en las exportaciones.
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En términos financieros, según el representante de Acafesal, la pérdida de esa cantidad tan importante de quintales de café podría oscilar entre unos $8 y $10 millones, lo que significaría un fuerte golpe económico para el sector.
En ese sentido, las manzanas de cultivos afectadas por las lluvias rondan las 10,000, algo que equivale a casi un 5% del total del parque cafetalero, el cual es de aproximadamente 224,000 manzanas, según el presidente de la Asociación.
Daños pudieron ser peores
El titular de la gremial, que aglutina a unos 22,000 productores cafetaleros en todo el país, señala que, pese a que los daños provocados por Julia son bastante graves, estos pudieron haber sido peor en caso de que la institución no se hubiera preparado para el fenómeno climatológico, el cual ingresó al país hacia el domingo 9 de octubre.
Puntualmente, Ticas afirma que, junto al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), desde el sábado 8 de octubre se logró conformar una Mesa Técnica del Café presidida por el actual ministro interino de Agricultura, Enrique Parada, la cual se puso a funcionar para verificar los daños en, precisamente, los cultivos.
A propósito de esas verificaciones, Ticas añade que, debido a que el parque cafetalero es tan grande, las inspecciones y la cuantificación de daños aún no es absoluta, sin embargo, aclara que el MAG y Acafesal han desplegado a unos 100 técnicos en las distintas zonas de cultivo para verificar el impacto por las fuertes lluvias.
Según la información que, hasta el momento, maneja la Mesa Técnica las principales áreas que se han dañado por la tormenta Julia se encuentran al oriente del país, incluyendo los cultivos en San Vicente y Usulután, zona donde el fenómeno climatológico tuvo mayor impacto.
Sin embargo, el titular de la Asociación añade que los cultivos en la zona de la Cordillera El Bálsamo, en la zona central del país, también ha sufrido daños.
Los efectos colaterales
A parte del efecto destructor que han tenido las lluvias sobre los cultivos en los últimos días, Ticas reitera que ahora la preocupación que le queda al sector es el hongo de la roya, el cual ya venía afectando al parque cafetalero desde antes de la tormenta tropical.
Lo anterior debido a que este hongo tiende a propagarse aún más cuando hay demasiada humedad en el ambiente, y coincide con lo que explicó recientemente el productor cafetalero Amilcar Valladares a El Diario de Hoy, quien señaló que esa acumulación de agua podría culminar con una defoliación y una antracnosis en los árboles de cafeto.
Lo anterior significa que, básicamente, los árboles que producen el fruto del café perderían sus hojas y podrían hasta secarse en caso de que no se haga nada al respecto.
No obstante, Ticas señala que ya hay acciones para evitar el avance de la roya y más daños en esos cultivos.
Una de esas opciones podría ser la aplicación de fungicidas, sin embargo, aclara que no todos los tipos de árboles de café pueden someterse a este tratamiento debido a la temporada de cosecha.
Por ejemplo, al denominado como café de bajío ya no podría aplicársele el fungicida debido a que la cosecha de ese café ya está prevista para los próximos días (a partir del 17 de octubre), algo que ocurre porque el proceso de maduración de ese grano, que se cultiva a alturas de entre 600 y 800 metros sobre el nivel del mar (msnm) es más rápido.
En ese sentido, y debido a que el fungicida debe aplicarse por lo menos un mes antes de la cosecha, el también productor explica que los granos que se producen en las zonas más altas del país, y cuya cosecha está prevista para diciembre, aún pueden someterse a este tratamiento para evitar más estragos como producto del hongo de la roya.
En ese sentido, Ticas agrega que el MAG se ha comprometido a entregar ese tipo de químicos, sumados a foliares y más fertilizantes, a los productores que se han visto afectados por el fenómeno, aunque explica que, en primera instancia, la prioridad son los productores más pequeños.
Asimismo, el presidente de Acafesal, pues explica que la proyección para 2022 estaba en un millón de quintales de café, es decir, 75,000 más que los registrados al cierre de 2021, por lo que, de consolidarse las pérdidas en 50,000, aún habría una producción mayor al cierre de 2022. “El mensaje para los productores es que sigan trabajando porque en los próximos tres años, los precios del café se mantendrán arriba de los $200”, concluye.