De los países que firmaron el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Centroamérica y República Dominicana con Estados Unidos hace más de 16 años, El Salvador es el que registra el menor crecimiento de las exportaciones de bienes y servicios hacia suelo estadounidense y es el que menos Inversión Extranjera Directa (IED) ha captado de dicho país desde entonces.
Así lo detalla un reciente análisis del Departamento de Estudios Económicos de Fusades, el cual hace un repaso de cómo han evolucionado las exportaciones, importaciones e inversión en los países de la región que firmaron el acuerdo comercial con EE.UU. en 2006, de cara a ver las oportunidades que ahora se pueden aprovechar, a través de la relocalización de las cadenas de valor o “nearshoring” tras la pandemia.
En estos años de vigencia del TLC ha sido más lo que ha comprado El Salvador a Estados Unidos de lo que le ha vendido, mientras que en los países vecinos ha sido al contrario.
El Déficit de la Balanza Comercial (DBC) de El Salvador con Estados Unidos, es decir, la diferencia entre las ventas y las compras, alcanzó los $2,430 millones en 2022, representando el 7.5% del PIB (Producto Interno Bruto), y es el mayor de los últimos años.
Al momento de la firma del TLC en 2006, el déficit era de $312 millones y representó el 2% con respecto al PIB. “El acuerdo ha resultado que El Salvador compró más bienes y servicios que su socio, y el déficit se triplicó”, señala el análisis.
De acuerdo con las cifras del Departamento de Comercio de EE.UU. citados en el documento, El Salvador exportó bienes por $2,900.5 millones en 2022, siendo el monto más bajo a la fecha y con la menor expansión (45.8%) al comparar 2022 contra 2005, año previo a la firma del acuerdo.
En cambio, Nicaragua ocupó el primer lugar en mayor expansión de exportaciones a EE.UU. con un 385.1% entre 2005 a 2022, lo que en valor absoluto alcanzó los $5,727.9 millones, mientras que antes del acuerdo era el último lugar, pero superó a El Salvador y a Guatemala, se señala en el documento.
Entre tanto, Costa Rica se expandió en 156.2% y logró el primer lugar en valor absoluto con ventas a Estados Unidos por $8,750.6 millones. “Fue el que más aprovechó, a pesar de la salida de manufactura de Intel”, destacan los investigadores de Fusades.
Recesión económica | En El Salvador, el desempeño económico es "peor de lo esperado", señala EMFI
Mientras que Guatemala creció 69.4% en ventas al país norteamericano, con un valor de $5,313.5 millones; y Honduras con el 62% y $6,073 millones en exportaciones.
En cuanto a exportaciones de servicios a Estados Unidos, el país alcanzó los $1,318 millones en 2022, siendo el segundo valor más alto desde 2006, pero representó el 29.9% del total.
“Es importante señalar que el ritmo de crecimiento de las exportaciones hacia Estados Unidos fue 6.2% desde 2007 hasta 2022 (periodo de la firma del TLC), pero las ventas de servicios destinadas al resto de países fueron mayores, 14.5%, para el mismo periodo”, indican en el análisis.
Por su parte, las importaciones de bienes y servicios provenientes de Estados Unidos fueron de $6,507.3 millones en 2022, ocupando el primer lugar como proveedor del país norteamericano, lo que representa el 36% del total, que fueron $18,070.4 millones.
“Se destaca que las importaciones desde Estados Unidos aumentaron en promedio 6% desde 2007 a 2022, un ritmo menor al reportado por el resto de importaciones de otros países, 7.4%”, apuntan los investigadores.
De acuerdo al análisis de las compras que El Salvador hizo a EE.UU. desde la vigencia del TLC hasta 2022, los datos indican que en 2006 el país le compraba $3,266 millones y aumentó adicionalmente en $2,198.5 millones a 2022, lo que hace un promedio anual de $129 millones.
Para los economistas de Fusades, ese monto es relativamente bajo si se considera el flujo de remesas que se pueden convertir en compras a Estados Unidos, por lo que el país ocupó el tercer lugar con mayor crecimiento de las importaciones de bienes desde Estados Unidos en 171%, entre 2005 y 2022. “Pero en la exportación de bienes hacia dicha nación ocupó el último lugar de crecimiento”, recalcan.
Caen las exportaciones por la incertidumbre económica en EE.UU.
En el informe se detalla que en 2022 las importaciones de bienes alcanzaron los $5,020.3 millones, lo cual refleja un fuerte incremento de $1,654 millones comparado con 2019, cuando fueron $3,365.8 millones. “Este dinamismo refleja la recuperación de la actividad económica pospandemia, el aumento de remesas que permitió a las familias aumentar su consumo (adquiriendo bienes importados) y el efecto inflación que aumentó los precios en los productos”, explican.
Y las importaciones de servicios de EE.UU. alcanzaron los $1,487 millones en 2022, es decir, un crecimiento interanual de 10.2%.
“Si bien han aumentado las exportaciones de servicios, como los relacionados a servicios a distancia, estos han permitido que no decaigan más las compras hacia Estados Unidos, las cuales se han visto sustituidas, en general, por las crecientes compras de productos provenientes de China, que se ha convertido en el segundo socio comercial de importaciones”, argumentan.
Un giro hacia el “nearshoring”
Tras la revisión de compras y ventas en 16 años de TLC, el análisis de Fusades plantea que el “nearshoring” se convierte en una gran oportunidad para impulsar las exportaciones, el empleo y el crecimiento del país para los próximos años. “La cercanía geográfica con Estados Unidos es una ventaja para seguir ampliando o creando nuevas cadenas de bienes y servicios de exportación”, indican.
El Salvador debe apostar al nearshoring en el rubro de tecnología, dice experto
En ese sentido, hacen referencia a que en junio del año pasado senadores del Comité de Relaciones Exteriores de Estados Unidos identificaron las ventajas que tiene América Latina para beneficiarse del “nearshoring” mediante los acuerdos comerciales que han firmado con 12 países de la región y estimaban que el potencial de esa estrategia puede ascender a $72,000 millones de exportaciones que Latinomérica podría proveer a EE.UU.
“El reto será que las ventas al exterior sean más dinámicas y con mayor valor agregado aprovechando el acuerdo y las oportunidades del nearshoring”, añaden.
También plantean que a partir de lo que ha pasado con el TLC se haga un análisis comparado con los países de la región que les fue mejor. Y para ampliar las oportunidades del país con la relocalización de operaciones de empresas extranjeras consideran conveniente firmar la “Alianza para la Prosperidad Económica de las Américas”, mediante la cual se espera que haya apoyos financieros que faciliten la reubicación de plantas industriales.
Se trata de una alianza de EE.UU. con 11 países del continente para establecer “nuevas normas de conducta” que mejoren la estabilidad de la región y que se enfoque en promover un crecimiento económico integrado que haga frente a problemas comunes. Pero dentro de esos países no han sido incluidos los del Triángulo Norte de Centroamérica; es decir, El Salvador, Guatemala y Honduras.