COSAVI es una cooperativa de ahorro y crédito que no ha estado bajo la supervisión de la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF), pues estas solo entran bajo su jurisdicción cuando la suma de sus depósitos y aportaciones excedan los 600 millones de colones, es decir, $68.57 millones.
Bajo este umbral, estas entidades son supervisadas por el Instituto Salvadoreño de Fomento Cooperativo (INSAFOCOOP), que no cuenta con metodologías ni personal especializado para vigilar entidades financieras, según es posible consultar en la lista de funcionarios de la entidad en su página web y en el reglamento de la Ley General de Asociaciones Cooperativas.
Las cooperativa de ahorro y crédito conforman el grueso de ese tipo de entidades en el país: según el último directorio cooperativo publicado por INSAFOCOOP, correspondiente al 31 de marzo de 2024, en El Salvador están registradas 615 cooperativas de diferentes naturalezas, como la vivienda y el transporte. Pero 337 son de ahorro y crédito, es decir, el 55 % del total.
Es decir que, teóricamente, hay hasta $23,000 millones circulando en entidades que no son reguladas por una institución con especialistas en finanzas como la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF), sino por profesionales en el quehacer cooperativo.
Un especialista antilavado de una organización internacional domiciliada en Washington asegura que lo anterior puede constituir un problema, pero, matiza, tampoco debe satanizarse a este tipo de organizaciones. Pero las autoridades deben estar vigilantes e, incluso, proponer reformas. Una de ellas sería bajar el techo de depósitos y aportaciones para que la SSF pueda regular a más cajas de crédito.
Sin embargo, en el sector cooperativo se han opuesto a medidas de este tipo. En 2017, Héctor Córdova, entonces gerente corporativo de la Federación de Asociaciones Cooperativas de Ahorro y Crédito de El Salvador (FEDECACES), aseguró que el cambio sería negativo porque no corresponde a la esencia del rubro y los obliga a meterse a una dinámica más mercantil.
La última reforma en intentarse fue que las cooperativas de ahorro y crédito queden, no bajo la supervisión de la SSF, sino del Banco Central de Reserva. Esta fue presentada por el presidente de esta última institución, Douglas Rodríguez, en marzo de 2022 a la Asamblea Legislativa de mayoría oficialista.
“Queremos que el salvadoreño esté seguro de que sus aportaciones están regularizadas de acuerdo a estándares internacionales”, dijo Rodríguez. La propuesta no prosperó.