El Salvador es el único país en Centroamérica que no ha actualizado sus tarifas de salario mínimo desde el cierre de 2021. El más bajo de todos corresponde a la recolección de café y es de $243.45 al mes.
Lleva más de tres años congelado a pesar de que la legislación nacional indica un plazo de 36 meses para una nueva revisión. El consejo creado para esta labor, conformado por representantes del Gobierno, los patronos y los trabajadores, no se reúne desde agosto de 2022, según publicó en diciembre Diario El Mundo.
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Esa no es la realidad del resto de la región, pues Costa Rica lo subió de $512 en diciembre de 2021 a $725.6 en el mismo mes de 2024, es decir, un 43% en 3 años.
En el segundo lugar se coloca Guatemala, con el 34%. El movimiento más reciente fue en diciembre pasado, con un 10% de alza en los salarios de las actividades agrícolas y no agrícolas, aprobado por el Gobierno del presidente Bernardo Arévalo de León. Es el más alto ordenado por un mandatario de ese país en las últimas dos décadas.
Sin embargo, en el más bajo de los salarios mínimos, el de las actividades laborales vinculadas a la maquila y las exportaciones, el alza fue solo del 6%.
En la lista sigue Nicaragua, con el 19% de aumento. Sin embargo, este país mantiene el salario mínimo más bajo de toda Centroamérica, con apenas $155.6 para el sector agropecuario. La más reciente actualización fue en febrero de 2024, ordenada por la comisión tripartita (Gobierno, trabajadores y empleadores) de ese país.
Honduras y Panamá superan a El Salvador con un 18% de incremento desde el cierre de 2021. La remuneración mínima del primero pasó de $291 a $356.6 en tres años; el segundo subió de $275 a $341 en el mismo periodo.
Respecto a Honduras, el salario mínimo más bajo corresponde a la rama de agricultura, silvicultura, caza y pesca.
En Panamá fue para el trabajo doméstico en la región 2 del país. Esta última nación cuenta con la tabla más compleja de Centroamérica relacionada al tema, pues hay salarios mínimos diferenciados por rubros y zonas geográficas. Según Bloomberg, el salario mínimo promedio a escala nacional de Panamá es de $636.8. El último incremento fue generalizado y correspondió al 4.5%, a mediados de febrero.
El caso de El Salvador
Danilo Pérez, director ejecutivo del Centro para la Defensa del Consumidor (CDC), opina que el hecho de que El Salvador sea el único país que mantiene congeladas por tanto tiempo sus tarifas de salario mínimo es un síntoma de que, desde las políticas gubernamentales, no se está dispuesto a enfrentar la desigualdad.
Según estudios realizados por su organización, las remuneraciones significan el 10% de los costos de producción de las empresas salvadoreñas, al menos de las grandes, pues esto varía en las de menor tamaño y, sobre todo, en los patronos del sector agropecuario.
Sin embargo, para Pérez, que la realidad de las mipymes no sea la misma que la de las grandes empresas no debe ser un impedimento para no aumentar el salario mínimo, pues los trabajadores han perdido en los últimos tres años un alto porcentaje de poder adquisitivo.
Desde agosto de 2021 (mes en el que entró en vigencia el salario mínimo actual) hasta noviembre de 2024, los alimentos y las bebidas no alcohólicas tuvieron un 16% de inflación. La canasta básica aumentó en 19.31% en el mismo periodo.
"Pero los trabajadores no únicamente compran los 22 alimentos que conforman la canasta básica, sino que deben destinar recursos para servicios como la luz, el agua, para el transporte para movilizarse a sus empleos… ya es necesario un aumento al salario mínimo… que todavía no se haya hecho es un incumplimiento jurídico en la normativa laboral del país", dice Pérez.
Lo que el dirigente plantea es que, desde el Gobierno, se le brinde una especie de subsidio a las mipymes y a los empleadores del sector agropecuario, que puede salir de la implementación de diversas medidas.
Para el economista Otto Rodríguez, hay varios factores para que El Salvador mantenga congelado el salario mínimo. Uno es contar con el dólar como moneda. Otro es tener la economía más precaria de la región, con los peores registros de crecimiento. Algo que se intensificará en 2025 debido al ajuste fiscal que tomará el gobierno, apunta.
Sin embargo, para el economista el aumento sigue siendo necesario. Incluso podría ayudar a dinamizar una economía en la que se gastará menos. Pero señala que aumentar el salario mínimo también podría llevar a la quiebra a empresas que, en las condiciones actuales, ya están en dificultades.
"El aumento debe hacerse en torno al 12 o el 15%… para que no represente un golpe muy fuerte para las empresas, es mejor que se haga gradual, una parte este año y otra el siguiente", dice Rodríguez.