Las reformas a las leyes de tránsito, aprobadas en diciembre, aumentan la severidad de las multas y, además, indican que si se encuentra en una prueba que una persona ha bebido alcohol, sin importar cualquier concentración por litro de sangre o aliento, se le impondrá una multa muy grave, se le detendrá por infringir las normas de tránsito y el caso se remitirá a la Fiscalía General de la República (FGR).
Polémicas aparte sobre la fecha concreta de su entrada en vigencia, las reformas se introdujeron rápidamente en la psique del conductor salvadoreño, que no deseaba ser el protagonista de una prueba de alcotest positiva y, con ello, una visita a las cárceles del país. Por ello, era una posibilidad que el negocio de la venta de alcohol se haya visto afectado.
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Sin embargo, las consultas realizadas a ocho establecimientos a lo largo de El Salvador, que tienen a la venta de alcohol como parte de su giro de negocios, muestran que esto no ha tenido un efecto a la baja en los negocios, pero sí ha representado un cambio en el comportamiento de los clientes.
David Coca es el encargado de las redes sociales del restaurante Babalú, ubicado en las cercanías del Parque Infantil, en San Salvador Centro. Explica que tanto las reformas como una mayor presencia de policías en las calles no se ha traducido en menores ventas para este lugar, pues, quienes ahora lo visitan, lo hacen prescindiendo de su carro personal.
Algunos han optado por llegar en transporte público y retirarse temprano. Los que permanecen hasta más tarde, lo hacen con la compañía de un "conductor designado", una persona que no ingerirá alcohol en toda la noche. También utilizan servicios de plataformas como Uber o el de los taxistas que ahora esperan en mayor cantidad fuera del local.
"Vemos que hay como dos mitades en la semana. De lunes a miércoles, cerramos más temprano porque la gente se retira rápido. Pero de jueves a sábado pasa topadísimo… creo que las medidas han funcionado para bien", comenta Coca.
Susana Rodríguez es la administradora del restaurante El Costillón del Tío, ubicado en la colonia El Bosque, en San Salvador. Dice que sí han visto una bajada en la venta de bebidas alcohólicas, pero que los clientes han seguido llegando con normalidad por la comida. Los que toman, explica, han optado por moverse sin su vehículo propio.
Una realidad parecida es la que ilustra Denys Campos, dueño de Quinta El Pochote, un amplio restaurante que alegra las tardes y las noches del comercial distrito de El Tránsito, en San Miguel Oeste.
Dice que sí ha habido un leve descenso en las ventas en los primeros días de enero, pero esto es por un tema estacional: la gente ha comenzado a pensar más en útiles escolares. Campos afirma que ha bajado la afluencia de vehículos que visitan Quinta El Pochote, pero que las mesas se siguen llenando.
Es parte de las ventajas de su ubicación dentro del casco urbano de El Tránsito, que algunos usuarios pueden llegar a pie. Además, el restaurante ha tomado como política ofrecer la cortesía de llevar hasta sus casas a los clientes que presenten un alto estado de ebriedad para que no tengan que usar su vehículo personal.
"Cada uno se las ingenia para llegar a casa… creo que la medida no ha afectado en sí las ventas, pero sí ha aumentado la responsabilidad en las personas para no manejar si han tomado", comenta Campos.
También en El Tránsito, pero esta vez a la orilla de la carretera El Litoral, está Don Taco. A diferencia de Quinta El Pochote, sus clientes no tienen la posibilidad de llegar a pie. Según su propietario, Christian Díaz, sin embargo, estos han seguido llegando, pero han cambiado su comportamiento.
Dice que ha registrado una bajada en las ventas, sobre todo de mariscos, que en esta parte del país se consumen, explica, casi siempre acompañados por una cerveza. La disminución ha sido de un 40%. Pero no le es posible distinguir si se debe a las reformas a la ley o a un tema estacional postemporada navideña.
"Uno ya conoce a sus clientes. Lo que he visto es que los que duraban toda la noche consumiendo hoy solo llegan, piden una boquita y de una se van. Cerramos a la 1 de la madrugada, pero, tipo 9, el restaurante ya queda solo", comenta Díaz. Mas afirma que las ventas siguen siendo robustas para que el negocio continúe con normalidad.
Para los encargados de restaurantes consultados, las reformas han sido un factor importante para mejorar la cultura vial del salvadoreño.
Sin embargo, su aplicación no ha estado exenta de problemas. Por ejemplo, se comenzó a enviar a personas a prisión con una baja concentración de alcohol en sangre aún cuando las reformas no habían sido publicadas en el Diario Oficial, pues esto ocurrió hasta el 28 de diciembre.
Además, se dieron casos como el del ciudadano americano Mariano Fernando Herrera, a quien se le detuvo en un hecho confuso, a pesar de no presentar ningún grado de alcohol en sangre. El Viceministerio de Transporte (VMT), sostuvo que este no quiso hacerse una prueba en una publicación de la red social X, que borró.
Luego, rectificó asegurando que la detención fue "por no realizar la prueba de alcoholemia de manera adecuada que pudiera medir los grados de alcohol en aire espirado". El acta policial dice que, simplemente, se negó a firmar.