Una de cada cinco de las familias que reciben remesas en El Salvador viven en pobreza, sostiene un informe preparado por la empresa de tarjetas Mastercard.
Esos datos indican que estas familias no son capaces de cubrir los costos de dos canastas básicas, según el no tan adecuado método para establecer la pobreza de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Según el último dato del Banco Central de Reserva (BCR), correspondiente a febrero, en El Salvador la canasta básica se coloca en $256.82. Para hacerse una idea qué es ser pobre en este país, se refiere a un hogar que percibe ingresos entre esa cantidad y $513.64. Para hablar de pobreza extrema, una familia tiene que ser incapaz de adquirir una de ellas.
El porcentaje del 20 % que todavía vive en pobreza y recibe remesas, según la compañía financiera, se traduce en que, si bien este apoyo enviado desde el extranjero por salvadoreños que apoyan a sus parientes representa un alto porcentaje de la economía nacional, todavía no es suficiente para erradicar la pobreza en un país.
Sin embargo, según el informe, las remesas son un salvavidas para las personas que viven en países de ingresos bajos y medios. También representan una fuente esencial de ingresos para personas, familias y países. Según la Organización de las Naciones Unidas, a nivel mundial, 800 millones de personas (o aproximadamente 1 de cada 10) viven en hogares que reciben remesas internacionales. Este dinero luego puede invertirse en activos financieros y tangibles, como cuentas de ahorro, o en el desarrollo de pequeñas empresas que ayudan a las familias a construir su futuro.
Según este informe, estas realidades siguen estando presentes en América Latina. El corredor entre México y Estados Unidos es el canal de remesas más grande del mundo, con un volumen de $56,000 millones en 2022.
Más allá del volumen de mercado, para los países empobrecidos las remesas pueden representar más del 30 % de su PIB (como es el caso de Honduras).
En América del Sur, la inflación y la inestabilidad política son impulsores de los flujos migratorios y de las remesas, que a menudo aprovechan los rieles de fintech para evitar “los problemas del sistema tradicional”.
Y en el caso de El Salvador, las remesas son el ingreso fundamental y sostén del 24 % de los hogares, indicó un informe del Banco Central de Reserva (BCR), publicado en febrero de 2024.
Las estadísticas precisan que casi $9 de cada $10 de las remesas se dedicaron al consumo, a gastos corrientes, mientras apenas el 1.3 % fue utilizado en inversiones en el país.
La mala idea de cobrar un impuesto a las remesas
Por esta razón, el vicepresidente de la República, Félix Ulloa, planteó la idea de una especie de gravamen a las remesas, con el objetivo de “tomar una parte para inversión”. Esto fue tan impopular que el funcionario se echó para atrás.
“Nadie en el mundo grava las rentas que la persona recibe en el exterior y más aún si la persona reside allá. Por otro lado, la Ley de Impuestos sobre la Renta tiene excluidas las donaciones y se considera la remesa una donación de un familiar a otro”, comentó al respecto el economista Rafael Lemus para El Diario de Hoy a finales de marzo.
VER: Gravar las remesas impactaría en los hogares más vulnerables del país, señalan economistas
De acuerdo a la Encuesta de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Banco Central de Reserva de El Salvador 2022, el 94% de las remesas en El Salvador son usadas para consumo de sobrevivencia.
“Una gran parte de los hogares que reciben remesas y viven en pobreza son hogares monoparentales, en el que las que las mujeres están a cargo; por esta naturaleza de las remesas sería una acción muy regresiva, porque impactaría a los hogares más vulnerables en términos económicos”, explicó la economista salvadoreña Tatiana Marroquín para El Diario de Hoy.
Durante el 2023 las remesas aportaron a la economía salvadoreña cerca de $8,181.8 millones para sobrepasar lo que obtiene el país en exportaciones de bienes y servicios, y su participación en el Producto Interno Bruto (PIB) es sustanciosa, cerca del 23 por ciento en el último trimestre del año anterior.
La cantidad que ingresó este año tuvo un alza de 4.6 con relación a 2023 y fijó un récord para las tres últimas décadas.
Del total, $8,076.5 millones, un 98.7 por ciento se destinó para gastos corrientes y de sostenimiento de los hogares, ocasiones especiales o gastos médicos, precisó el BCR.
Remesas suman más de $1,200 millones en dos meses
Más de dos millones de personas recibieron ayudas familiares desde el exterior, lo cual acentúa el criterio de que la inmigración, tanto legal como ilegal, es la principal fuente para el sustento de muchos salvadoreños.
Según el citado estudio de Mastercard, las remesas son clave para fortalecer la inclusión financiera en la región, el impulso de las economías y la mitigación de la pobreza, ya que suelen servir como fuente esencial de ingresos para las personas de las comunidades de ingresos medios y bajos.
En 2022, el volumen de remesas formales en América Latina alcanzó los $146,000 millones, más del doble que hace una década, y un crecimiento de 25 veces en los últimos 30 años.
Según las proyecciones, 2024 marcará un cambio hacia una mayor velocidad, simplicidad y seguridad a medida que las remesas digitales comiencen a superar el envío de dinero físico a través de las fronteras. En los últimos años, los proveedores tradicionales han permitido la digitalización y han dado paso a nuevos actores, incluyendo fintechs y billeteras digitales.