La debacle de la plataforma de criptomonedas FTX, dirigida por uno de los gurús del mundo cripto, da una nueva señal de alarma para un sector joven frecuentemente sacudido por quiebras y golpeado por el contexto económico internacional.
FTX valía 32,000 millones de dólares a inicios de año.
Su fundador, Sam Bankman-Fried, fue considerado un salvador cuando en junio propuso rescatar a firmas como BlockFi o Voyager Digital, o cuando militaba por una mayor reglamentación de este ramo del mercado de divisas en Washington.
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Pero alcanzó con algunas dudas sobre las cuentas de la firma luego de un artículo de un sitio especializado y los tuits de un rival, Changpeng Zhao, presidente de Binance, para precipitar retiros masivos.
Changpeng Zhao, quien afirmó que FTX le pidió ayuda por una "importante crisis de liquidez", firmó el martes una carta de intención para comprar la plataforma.
Pero el miércoles anunció que finalmente renuncia a la transacción.
Luego de auditar las operaciones de FTX, "decidimos no continuar la operación de adquisición de FTX.com", explicó Binance en un tuit que menciona informaciones de prensa sobre una mala gestión de fondos de clientes e investigaciones iniciadas por las autoridades estadounidenses.
"Al comienzo, nuestra esperanza era poder ayudar a los clientes de FTX a ofrecer liquidez, pero los problemas escapan a nuestro control o superan nuestra capacidad de ayudar", aseguró Binance, la mayor plataforma de divisas virtuales.
El futuro de FTX.com es ahora incierto y el bitcoin sufre.
Luego de la debacle, en mayo, de la moneda virtual terra, que seguía la evolución del dólar estadounidense, y el derrumbe semanas más tarde de la plataforma de colocaciones Celsius, lo ocurrido con FTX "es un nuevo fracaso para el sector", opinó David Holt, especialista en criptomonedas de la consultora CFRA.
Entre las interrogantes sobre el futuro de muchos proyectos del sector y la caída del flujo de capitales hacia las start-up tecnológicas por el aumento de las tasas de interés, Holt se preguntó cómo eso "se traducirá para la continuación, incluso la supervivencia de muchas de estas empresas en un sector aún naciente".
"Señal de alarma"
Los problemas de FTX "muestran que la liquidez en las plataformas de criptomonedas son muy variables", señaló por su parte Dan Dolev, analista de Mizuho, quien destacó que "hay muy pocos capitales" detrás como respaldo.
La rápida caída de FTX "es una señal de alarma" para la plataforma estadounidense Coinbase, por ejemplo, añadió en una nota.
Los adeptos a las criptos y tecnologías de blockchain están acostumbrados a períodos de bonanza seguidos de problemas desde que el bitcoin vio la luz en 2009.
El valor de mercado de las criptomonedas subió hasta 3 billones de dólares en noviembre del año pasado, antes de caer a menos de 1 billón en junio de 2022.
De todos modos, es demasiado pronto para evaluar el impacto de lo ocurrido con FTX sobre la competencia y un eventual contagio a todo el sector, estimó Jamiel Sheikh, fundador de varias empresas en el mundo cripto.
"Las cuentas de las plataformas descentralizadas (como FTX) son opacas y es imposible determinar qué plataforma puede soportar una fuga de liquidez", destacó.
Para Kevin March, cofundador de la firma de corretaje Floating Point Group, la situación de FTX "acelerará la reglamentación del mercado estadounidense" de criptomonedas.
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Hay "una real necesidad de reglas claras en términos de transparencia" sobre las plataformas y de un procedimiento sensato en caso de quiebra, concluyó.
En América Latina, El Salvador hizo del bitcoin una moneda de curso legal en setiembre del año pasado, a iniciativa del presidente Nayib Bukele, quien buscaba bancarizar masivamente a la población.
La medida pionera en el mundo fue cuestionada por el Banco Mundial, el FMI y el BID, que advirtieron sobre la alta volatilidad de la criptomoneda.