El primer quinquenio de Nayib Bukele al frente de la Presidencia de la República fue el de peor producción agropecuaria si se le compara con el de sus dos predecesores en la silla. Eso es lo que se puede concluir de la revisión de los datos oficiales del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Esta institución recopila datos relacionados con el quehacer agropecuario a través de un documento llamado "Anuario de Estadísticas Agropecuarias". Lo cuelga en su página web. Allí están disponibles desde el ciclo agrícola 2018-2019 hasta el 2022-2023, pues todavía no se ha publicado el relacionado al último. Debido a esto, para la presente nota se tomaron en cuenta los primeros 4 ciclos agrícolas de cada quinquenio, a fin de comparar con los mismos parámetros.
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El análisis hecho por El Diario de Hoy concluye que, durante el quinquenio de Nayib Bukele, hubo una notoria disminución de la producción agropecuaria con respecto a las administraciones de sus dos predecesores.
Respecto a los granos incluidos en la canasta básica alimentaria (maíz, frijol, arroz), en los primeros cuatro años del Gobierno de Bukele se produjeron 80.41 millones de quintales, 560,000 menos que en el de Funes y 5.73 millones menos que en el de Sánchez Cerén.
El bajo número de la más reciente administración podría achacarse al complejo periodo de la pandemia. Sin embargo, el año en el que se cerró la economía, el 2020-2021, no posee el peor registro, que sí le corresponde al último para el que se tienen datos, 2022-2023, en el que se produjo un cuarto de millón de quintales menos que cuando en el mundo asolaba el Covid 19.
El de Bukele también fue el de menor desempeño para la leche, que se mantuvo más o menos estable en los quinquenios anteriores: 1,957 millones de litros en el de Funes y 1,925 millones en el de Sánchez Cerén, es decir, 1.65 % de disminución. En el primer periodo cyan, la cifra fue de 1,571 millones de litros. Se perdieron, por tanto, 354 millones, el 18 % del total.
El único producto en el que el periodo del actual mandatario no fue el más bajo es la carne de res. Según el MAG, se produjeron 166 millones de libras, 3 millones más que en el de Sánchez Cerén. El registro más alto fue el de Mauricio Funes, con 244 millones, casi un 50 % más que en el Gobierno de Bukele.
Para las verduras y frutas no hay datos para años tan anteriores en el tiempo. Pero sí es posible analizar la evolución de la producción en los últimos cinco ciclos agrícolas. Así, se comprobó que varios productos han disminuido su producción, lo que puede ser visto en la gráfica que acompaña la nota.
La bajada más notoria es la del repollo, pues en el ciclo agrícola 2022-2023 se sembró un 40 % menos que en 2018/2019, último con un gobierno del FMLN al frente. También la caída del plátano fue importante (35 %).
Dos productos aumentaron su volumen, el chile verde, en un 17 %, y la cebolla, que casi triplicó la producción. Sin embargo, esta sigue siendo una de las verduras que menos se siembran en El Salvador, con menos de 100,000 quintales.
El abandono al productor
Nayib Bukele advirtió a "importadores, distribuidores, comercializadores y mayoristas de alimentos" de meterlos a la cárcel por otros delitos ajenos al aumento de precios si estos no bajaban. Sin embargo, omitió pedirle cuentas al encargado de despacho del MAG, el diseñador gráfico Óscar Domínguez, por la baja producción agropecuaria.
"Estos son los datos oficiales, los que prepara el mismo Ministerio de Agricultura y Ganadería. No pueden decir que estos son datos inventados. Su misma información les grita a la cara que han fallado", dice Luis Treminio, presidente de CAMPO, quien señala como el principal factor del declive a la falta de apoyo gubernamental a todo el sector.
Algo grave, opina, pues si bien la producción agropecuaria no es una de las que más aporta al Producto Interno Bruto (PIB) de un país, si es la encargada de proveer la alimentación a sus ciudadanos. Y cuando en una nación no se tiene una producción de alimentos suficiente, esta se vuelve dependiente de lo que pasa en las vecinas y, sobre todo, en las cadenas de suministro desde el extranjero.
"En el tema de la alimentación no hay soberanía, porque a nosotros, los productores agrícolas, nos han dejado desprotegidos frente a las decisiones de los importadores", dice Carlos Rodríguez, del Frente Nacional Agrario.
El incentivo a las importaciones
La estrategia del Gobierno de Bukele se ha inclinado, más bien, por incentivar las importaciones. Desde la Asamblea Legislativa decidieron eliminar, a partir de marzo de 2022, los aranceles a la importación de varios productos alimenticios, lo que no ha servido para paliar los aumentos en los precios. Más parece el efecto contrario: el costo de los alimentos se ha alzado más aceleradamente que el del resto de rubros desde al menos octubre de 2021.
La tendencia se agravó justo después de la entrada en vigencia de la medida. El punto más alto se dio en diciembre de 2022, cuando la comida registró una inflación mensual de más del 12 %, superior en 5 % al de la general. La eliminación de los aranceles no ha permitido parar esta escalada.
Y más parece que ha servido para aumentar los ingresos de los importadores de alimentos, como ya lo consignó El Diario de Hoy en trabajos anteriores.
Danilo Pérez es el director ejecutivo del no gubernamental Centro para la Defensa del Consumidor (CDC), una institución que monitorea con rigurosidad al mercado de los alimentos en El Salvador. Por ello, es una de las personas que más ha pensado en el país en cómo solucionar el problema de la escalada de precios.
Pero él mismo señala que la solución ya la tiene el Gobierno en sus manos. Se trata del documento "Modelos de Sistemas Alimentarios Sostenibles", publicado en 2021 por el gubernamental Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (CONASAN). En este se incluyen medidas como la facilitación de créditos blandos o una mayor asistencia técnica en el terreno, mismas que ya han sido pedidas por los productores.
"Pero nada de eso se ha ejecutado en la realidad. Es un gran documento, con un gran diagnóstico y soluciones técnicamente respaldadas. Lástima que se ha quedado solo en el papel", comenta Pérez.