Al analizar uno a uno los distintos rubros que el Banco Central de Reserva (BCR) toma en cuenta a la hora de calcular el Índice de Precios al Consumidor (IPC), el de los alimentos es el que más subió de entre todos los demás, en una cifra que refleja que el aumento de la inflación no ha sido paralela al de los productos de la canasta básica.
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En este sentido, los alimentos y bebidas no alcohólicas, siempre hasta octubre, han tenido un aumento del 12.82% con respecto a hace un año, algo que se puede constatar al consultar los precios de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) que maneja la Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc).
Según los datos de esa institución, hasta septiembre el precio de la canasta básica para el sector urbano llegó a los $238.95, en un cálculo aplicado a lo que podría consumir una familia de cuatro integrantes, mientras que el precio para el sector rural se colocó en $179.47.
Si se toma como base el salario mínimo para ambos sectores, el costo que tiene adquirir los alimentos es bastante alto, pues con un sueldo de $365 para el sector comercio, a una familia que se sostiene con ese monto solo le restan unos $90, luego de los descuentos de ley, para asumir otro tipo de gastos, incluyendo pago de servicios, ropa, salud o recreación.
Por su parte, un agricultor con un salario mínimo de unos $272 también contaría con un promedio de $90 para asumir otro tipo de gastos en el hogar.
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Los demás rubros que también han aumentado, según los datos del Banco Central de Reserva, son el de la recreación, con 10.36%; el de los bienes y servicios diversos, con 9.47%; el de los muebles y artículos de hogar, con un 8.75%; el de restaurantes, con 7.59% y el de transporte, con 6.56%.