Ser pobre en El Salvador no solo significa no tener suficiente dinero para comprar los bienes y servicios básicos. Ser pobre también incluye otra serie de indicadores que desmejoran la calidad de vida de una persona y lo vuelve más vulnerable de caer en la pobreza monetaria (no alcanza para costear la canasta básica alimentaria) o en pobreza extrema.
Desde 2015 el país se sumó al análisis internacional y conteo de la Pobreza Multidimensional, un concepto que incluye múltiples carencias que enfrentan las personas pobres al mismo tiempo en áreas como educación, salud y otras.
En total son 20 indicadores que analizan condiciones de salud, condiciones de vivienda, educación, trabajo, servicios básicos y calidad del hábitat.
Más de 1.5 millones de salvadoreños vive en pobreza, según encuesta de la Digestyc
Según la última Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) de la disuelta Dirección General de Estadísticas y Censos (Digestyc), en 2021 14,054 salvadoreños pasaron a formar parte de la lista de pobres multidimensionales, es decir, que su calidad de vida desmejoró en diferentes aspectos.
Así, por ejemplo, según la medición de las áreas de trabajo, el 67.5% de los hogares está en subempleo e inestabilidad del trabajo. En 2020 ese indicador mostraba un porcentaje menor de 60.1%. Además, en 2021 el 14.4% de los hogares están desempleados.
En cuanto a las condiciones de vivienda, según la encuesta, un 40.9% de los hogares vive en hacinamiento y un 9.9% no tiene seguridad de la tenencia del terreno donde vive.
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Además, en el área de calidad de hábitat, el 42.1% de los hogares no tiene espacios públicos de esparcimiento y un 36.4% tiene restricciones debido a la inseguridad.
En cuanto a indicadores de salud, la encuesta señala que el 40% de los hogares no cuenta con acceso a saneamiento y 12.8% viven en inseguridad alimentaria, es decir que no tienen asegurada su comida.
En el segmento de educación, hay un 10.4% de hogares en los que hay inasistencia escolar y un 76.1% de ellos de baja escolaridad en adultos.