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Economistas: El Salvador carece de capacidad financiera para afrontar los efectos de El Niño

El nulo acceso a los mercados de financiamiento, o la escasez en la liquidez, dejan al país con poco margen para atender la posible crisis que causaría este fenómeno climático.

Por Juan Carlos Mejía | Ago 15, 2023- 20:26

Foto EDH/Menly Gozález

El Salvador, y la mayoría de países de la región latinoamericana, están a merced de los efectos que podrían ocasionar los fenómenos climáticos actuales, y principalmente El Niño, en distintas áreas, tanto medioambientales como económicas.

Una de las principales amenazas que representa esta disminución de las lluvias, y las consecuentes sequías en puntos determinados, es que los cultivos de granos básicos podrían verse directamente afectados, una realidad que, por lo menos en El Salvador, ya está siendo palpable para el sector agrícola, según información reciente.

De acuerdo con la asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO), hasta la fecha ya se han perdido hasta 545,713 quintales de maíz que habían sido sembrados entre mayo y junio, así como un 15% de todo el frijol que se sembró en esos meses, todo a causa de la falta de lluvias, y cuando El Niño aún no había comenzado oficialmente.

En este sentido, esa pérdida significativa en los cultivos, y que según las gremiales de productores agrícolas podría ascender a entre 6 y 8 millones de quintales de granos para finales de año, podría derivar en otra realidad que ya comenzó a gestarse en el país desde el año pasado, como lo es la inseguridad alimentaria.

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Un posible escenario de escasez de alimentos y cada vez más salvadoreños enfrentando dificultades para alimentarse debido a los altos costos de la Canasta Básica podría, entonces, considerarse como una crisis que el gobierno deberá afrontar y manejar para evitar efectos más graves.

Sin embargo, de acuerdo con economistas consultados por El Diario de Hoy, los propios problemas estructurales del país, hacen que el gobierno no tenga la capacidad financiera para abordar los efectos y las consecuencias que se esperan tras la influencia del fenómeno de El Niño.

A propósito de esto, el economista Rafael Lemus subraya que este fenómeno climático ya está afectando puntos específicos en el país, como lo son las zonas que forman parte del denominado Corredor Seco Centroamericano, y apunta que el impacto que tendrá El Niño no es algo que sea desconocido o que se ignorara por actores como el propio gobierno, pues desde hace tiempo ya se había advertido al respecto, principalmente desde la parte de los productores agrícolas.

“Ya se sabía que iba a afectar, entonces lo que puede apreciarse es que, otra vez, hay una falta de preparación y de información a los productores, así como una falta de insumos apropiados para los climas  de este tipo”, afirma.

Esta falta de preparación se suma, además, a los problemas en las finanzas públicas que tiene el gobierno, las cuales están marcadas por una caída en los ingresos a través de la recaudación, razón por la que Lemus considera que las finanzas públicas están “golpeadas” y que por eso se dificulta abordar los posibles efectos del fenómeno climático que acaece.

Similar opinión tiene Ricardo Castaneda, economista sénior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), y quien además añade que “el gobierno no cuenta con una situación financiera que le permita hacer frente a una crisis de una magnitud de ese tipo”, y apunta que “se tendrían que tomar decisiones seguramente complejas, pues en este momento la situación del país no da la talla para enfrentar a El Niño”.

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Pero, ¿qué imposibilita al gobierno de tener esa capacidad?

En este punto hay que reconocer que una pérdida de cultivos y la consecuente escasez de alimentos derivaría en una situación de emergencia alimentaria, pues los precios podrían dispararse y las poblaciones más vulnerables correrían riesgo, y para atender estas situaciones sería necesario invertir dinero, ya sea para entregar ayudas monetarias o para importar alimentos desde otros países.

Sin embargo, el acceso a fuentes de financiamiento es lo que más difícil tiene el gobierno en estos momentos debido a que la confianza de los inversionistas en los mercados de deuda aún no se ha recuperado, sumado al todavía alto indicador de riesgo país que, básicamente, hace que las puertas de los organismos multilaterales se mantengan cerradas.

En este punto, otros factores como la falta de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y la propia caída en la recaudación, también juegan en contra del gobierno en un escenario que incluya una crisis por El Niño, pues el margen para disponer de fondos para atender una situación de ese tipo es, prácticamente nulo.

No obstante, Castaneda añade que, en un caso así es posible que organismos como el Banco Mundial activen facilidades para los países vulnerables y, de esa manera, El Salvador pueda acceder a fondos de emergencia, algo similar a lo que ocurrió en 2022 durante los peores meses de la pandemia de covid-19.

Por su parte, Lemus también considera que, aunque el impacto de El Niño es inminente, es probable que las necesidades financieras para el gobierno sean muy altas, por lo que, eventualmente, también podría encontrar las formas y los mecanismos para financiar acciones para atender los efectos del fenómeno climático.

Aún así, los economistas coinciden con lo afirmado por las asociaciones de agricultores, en el sentido de que es necesario que existan políticas públicas enfocadas, específicamente, en atender a los sectores que más riesgo corren frente a los posibles efectos de El Niño.

Lo anterior es importante debido a que, al menos en 2022, hasta 4.1 millones de salvadoreños se  enfrentaron a dificultades para  adquirir sus alimentos debido a  los altos costos, una cifra publicada por la Red Mundial Contra las  Crisis Alimentarias y que podría empeorar por la influencia de la  situación climática.

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Foto EDH/ Jonatan Funes

Latinoamérica está menos preparada

Similar situación que la de El Salvador es la que tienen la mayoría de países en Latinoamérica en cuanto a las pocas capacidades para enfrentar los efectos de El Niño, según detalla un reciente informe de la agencia de calificación crediticia Moody’s citado por Bloomberg.

De acuerdo con el artículo, la región está menos preparada y tiene menos flexibilidad para enfrentar el fenómeno climático con respecto a 2016 debido a los “años de bajo crecimiento, la acumulación de deuda, los mayores costes por intereses y los crecientes riesgos políticos”.

La agencia también sostiene que el impacto de El Niño tensará las actividades económicas y las condiciones financieras de los países de la región para finales de 2023, todo a causa de que aumentará la demanda de gastos públicos para estimular la recuperación de las economías, así como para la reconstrucción de  infraestructuras.

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