La pandemia provocó el cierre de casi 40,000 establecimientos, así como la pérdida de más de 3,000 millones de dólares en ventas solo en micro y pequeños negocios en Ecuador, un segmento en el que unas 40,000 mujeres perdieron su trabajo, según un estudio revelado este jueves en Quito.
De acuerdo con el informe elaborado por la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), con apoyo de la cooperación estadounidense (USAID) y publicado por la Corporación Participación Ciudadana, entre diciembre de 2019 y ese mes de 2020 se perdieron 687,000 empleos adecuados en general, y a nivel microeconómico, se vio comprometida la sostenibilidad de micro y pequeños negocios.
"Las mujeres, históricamente marginadas del mercado laboral, experimentaron disrupción en muchas de las actividades económicas que desarrollaban", señala el estudio basado en el Directorio de Empresas elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) y la Encuesta de Mercado Laboral.
Empleo femenino, el más castigado
Las actividades de restaurantes no solo fueron las que más cierres de establecimientos experimentaron durante la pandemia, sino las que más pérdidas de empleos registraron en 2020 con casi 22,000 trabajadores menos que en 2019, una reducción del 25 %. El 51 % de esos empleos perdidos afectaron a mujeres.
El empleo en actividades de enseñanza también se vio muy afectado por la pandemia y la transición a la educación virtual.
"Se perdieron casi 11,000 empleos en la educación secundaria, casi 9,000 en la educación primaria, 4,000 en la educación superior, y casi 2,000 empleos en otros tipos de enseñanza, implicando caídas del 7 % al 16 % en la masa laboral de dichas actividades", detalla.
El 67 % de los empleos perdidos en dichas actividades educativas correspondieron a mujeres.
Entre otras actividades de servicio dominadas por mujeres que mostraron ajustes importantes en el empleo durante 2020 figura la peluquería, donde se perdieron cerca de 2,000 empleos, siendo más del 80 % empleo femenino.
En actividades de limpieza se perdieron más de 3,000 empleos, el 57 % de ellos desarrollado por mujeres, mientras en las de operadores turísticos se perdieron 2,000 empleos, el 60 % empleo femenino.
Unas 40,000 mujeres sin empleo
Según el estudio, aproximadamente 550,000 mujeres trabajaban en micro y pequeñas empresas en 2019, antes de la pandemia, pero en 2020, como consecuencia de la emergencia sanitaria, "casi 40,000 mujeres perdieron esos empleos".
Esto comprometió la situación financiera de muchas familias, considerando que uno de cada cuatro hogares en Ecuador tiene a una mujer como jefe de familia.
Estas mujeres, a más de las responsabilidades sobre el cuidado de sus hijos, muchas veces son la fuente exclusiva de ingresos ante el abandono de sus parejas.
Esa pérdida de empleos también implicó la destrucción de pequeños negocios que eran muchas veces liderados por mujeres por su activa participación como fuerza laboral, indicó Ruth Hidalgo, directora ejecutiva de Participación Ciudadana.
Grandes afectados: hostelería, restauración y educación
Entre las actividades en donde más empleos femeninos se perdieron entre micro y pequeñas empresas figuran las de restaurantes, alojamiento, educación, fabricación y venta de prendas de vestir.
Además, las provincias más dependientes del turismo en la sierra, oriente y las Islas Galápagos fueron las más afectadas por la pérdida de empleos femeninos en micro y pequeños negocios, según el estudio.
Aunque al cierre de 2021 el empleo adecuado tanto de hombres como de mujeres se recuperó, las mujeres siguieron presentando una tasa de empleo adecuado significativamente menor, con un esfuerzo compartido entre el trabajo y las tareas del hogar.
Felipe Hidalgo, director académico de Cordes, subrayó que aunque la pandemia afectó a la toda la economía, fue especialmente "injusta y dolorosa" para el empleo femenino formal y, si se analiza el informal, "sería aún más dramática" la situación.
Para Hidalgo, los datos del estudio pueden servir para articular un sistema de recuperación y generación de empleo en condición de género, donde se enganchen, además, políticas públicas de educación, salud y temas financieros.