Para el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, que el país cierre el año con una deuda pública entre $21,000 millones y $22,000 millones no es un motivo de preocupación, pese a que organismos internacionales han levantado las alertas ante el elevado endeudamiento de El Salvador y el alto riesgo de impago que eso supone.
El funcionario afirmó el miércoles que la deuda del país ronda esas cantidades, pero que “no es una deuda que preocupe”.
Según el responsable de las finanzas públicas, El Salvador cerraría este año con una deuda que estaría por debajo del 79% del PIB (Producto Interno Bruto), es decir lo que se debe en relación a lo que se produce. Por ejemplo, si se produce $1 ya se debería $0.79.
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La deuda pública de El Salvador cerró 2021 en $24,369.5 millones, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).
De esa cantidad, $12,447.67 millones se debían a nivel interno (bancos locales, AFP, aseguradoras) y $11,921.86 millones a organismos externos (bancos multilaterales, eurobonos).
Ante el endeudamiento sin freno del actual gobierno, organismos internacionales, agencias calificadoras de riesgo y de análisis financieros han advertido que el nivel de deuda del país puede llegar o incluso sobrepasar el 90% este año.
Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha planteado que un nivel de deuda considerado bajo control sería por debajo del 25 % (del PIB) para las economías emergentes y que un nivel crítico sería el 40%, explica el organismo en su informe sobre sostenibilidad y deuda pública.
En el caso de El Salvador se ha situado incluso por arriba del 83% en los últimos meses. Desde 2019 el endeudamiento superó el 80%.
Pero el ministro de Hacienda resta importancia a esos vaticinios y critica a los que señalan los riesgos del nivel de endeudamiento salvadoreño.
“Aquí han hablado mucho que nuestra deuda va a llegar al 96%, que vamos a superar el 100%; ese tipo de comentarios lo único que denotan es una total ignorancia de cómo se manejan las finanzas públicas”, expresó durante entrevista en Frente a Frente.
Y luego explicó: “Los índices de deuda se cuentan por nivel de desembolsos. Si los bancos no desembolsan no entran (los créditos) a la contabilidad de los índices de deuda, entonces mucha gente especula que si llevamos un crédito que es para 20 años (ya se debe), pero el crédito tiene programación de desembolsos y esa porción del crédito cuenta en los índices de deuda soberana”.
Pide préstamo al CAF
Pese al nivel de deuda que ya tiene el país y de las previsiones de cómo cerraría este 2022, el gobierno sigue endeudando a los salvadoreños, pues al final de cuentas los préstamos se pagan con fondos de los impuestos que pagan los contribuyentes.
En ese sentido, el ministro de Hacienda informó que el martes solicitaron el primer crédito al Banco de Desarrollo de América Latina, de la Corporación Andina de Fomento (CAF).
El préstamo que han gestionado es por $75 millones, a 20 años de plazo y con 6 años de gracia sin pagar intereses ni capital.
“Hemos pedido $75 millones y hay proyectadas más (operaciones). Es una fuente barata de financiamiento”, explicó el ministro.
Añadió que es un crédito de apoyo sectorial y que los fondos estarán dirigidos al sector de salud para seguir atendiendo las emergencias por la pandemia, pero no dio más detalles sobre el destino específico que tendrá el dinero que preste el organismo regional.
“Es una línea de emergencia que abrió el banco y creímos que era una buena oportunidad”, agregó.
Zelaya dijo que el CAF ha permitido la oportunidad de “diversificar las fuentes de financiamiento” del país.
Pero esta solicitud de crédito ocurre en momentos en los que el país tiene limitado acceso a fondos de organismos multilaterales.
El gobierno salvadoreño solicitó en diciembre del año pasado ser miembro del CAF para tener acceso a créditos, luego que se estancara la negociación de un préstamo con el Fondo Monetario hasta por $1,300 millones.
De hecho, el ministro trató de minimizar que el país no esté obteniendo el financiamiento que esperaría de organismos multilaterales y matizó que entidades como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el mismo FMI sí han prestado fondos pese a que “son del consenso de Washington”.
Insiste que no habrá impago
Y sobre los temores de un impago que han señalado agencias internacionales en los últimos meses, sobre todo por que en dos meses debe terminar de pagar el bono 2023, del cual resta casi $667 millones, reiteró que eso no va a pasar.
“El fantasma del default se lo ha inventado la oposición, hay quienes siguen soñando con una crisis financiera o económica, pero eso no va a suceder”, expresó ayer.
Es más, aseguró que los fondos para pagar los bonos que faltan por cubrir están previtas y que se ha contemplado en el presupuesto 2023.
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“Las fuentes están aseguradas”, aseveró el ministro.
A los casi $667 millones se suman $357 millones del bono 2025 que están pendientes todavía, pues en la compra anticipada que hizo el gobierno en septiembre logró comprar $432 millones, de los $800 millones que se deben.
En esa misma operación compró $133 millones del bono que vence en enero próximo.
La agencia de calificación de riesgo Fitch ha estimado que las necesidades de financiamiento del país desde septiembre de 2022 hasta enero de 2023 ascienden a $3,700 millones, de los cuales $1,000 millones son de déficit fiscal, $1,200 millones para amortizaciones de deuda y $1,500 millones en deuda a corto plazo.
Y aunque Zelaya afirma que la deuda no una preocupación para él, el mes pasado presentó una petición a la Asamblea para que le autoricen emitir más deuda por $1,139 millones para poder cubrir lo que falta del presupuesto del otro año y que contradice sus mismas palabras pues afirma que la brecha presupuestaria solo es de $472 millones.