El ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, reconoció que 2023 será un año difícil para la economía salvadoreña, debido a que muchos factores externos persisten y amenazan con una desaceleración económica mundial.
“Va a ser un año difícil, va a ser un año complicado en materia de economía global”, dijo en una entrevista televisiva.
De acuerdo a Zelaya, uno de los rubros que podría disminuir en los próximos meses sería el de las remesas, que aporta un significativo ingreso a las familias salvadoreñas y por tanto, al gobierno, a través de los impuestos.
“Eso va a tener un impacto directo, podríamos esperar una reducción de las remesas, que es un indicador importante de lo que nosotros recibimos, esto podría afectar el crecimiento económico”, señaló.
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Ante este panorama, el funcionario advirtió que este año tendrá que hacer recortes en el gasto corriente para afrontar la falta de liquidez que pueda tener el país.
El funcionario señaló que el Presupuesto General de la Nación para 2023 ya contempla una disminución del 10% del gasto corriente, donde la fusión de algunas instituciones y la congelación de salarios han sido algunas de las medidas a ejecutar para mantener un nivel de gasto moderado.
Dijo, por ejemplo, que una de las medidas aplicadas para este proceso fue fusionar algunas de las instituciones como el Consejo Nacional de Energía (CNE), la Dirección General de Estadística y Censos de El Salvador (DIGESTYC), además de la prohibición de incrementos salariales, entre otras alternativas.
De acuerdo al presupuesto de este año, el gasto corriente, destinado en su mayoría a remuneraciones, bienes y servicios y transferencias, entre otros, asciende a $5,551.2 millones, $236 millones menos que lo gastado en 2022, donde se proyectó una erogación de $5,988.9 millones.
Sin embargo, con base al presupuesto, los mayores esfuerzos de recorte se enfocarán este año en la compra de bienes y servicios, que prácticamente se reducirán en un 48% y las transferencias, no así en el tema de las remuneraciones donde este año hay un incremento de $53 millones.
Los gastos corrientes representan más del 62% del presupuesto general de la nación para este año, cuando se espera que los ingresos asciendan a $6,795.4 millones.
Algunos de estos recortes ya se están percibiendo, poco a poco, a través de una menor transferencia para las alcaldías, a través del FODES, que se redujo a tan solo 1.5% y que ha llevado a los alcaldes a suspender pagos de salarios y aguinaldos de los empleados públicos.
También se están haciendo modificaciones en diferentes instituciones públicas así como la asignación de recursos para aumentos salariales como el del escalafón para Salud y Educación.
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Al economista Rafael Lemus le extraña que en todo el proyecto de presupuesto el año pasado se hablara de bonanza y de que había dinero para todo, pero ahora ve que se está hablando de recortes y de modificaciones.
Los empleados de los ministerios de Salud, Educación y Cultura que tienen salarios arriba de los $2,000 aún desconocen si les será pagado el escalafón que por ley les corresponde este año, pues, la ley de Presupuesto que presentó el ministro de Hacienda Zelaya en septiembre del 2022, decía que los empleados del Ministerio de Salud con salarios arriba de los $2,000 no recibirán el escalafón en 2023, pero tras la aprobación del presupuesto en la última sesión plenaria del año 2022 este artículo fue eliminado, dejando en incertidumbre a los trabajadores sobre si les aumentarán o no este año.
En una entrevista de TCS, Zelaya reconoció que solicitó a los diputados eliminar todos los escalafones, pero que después el presidente Bukele le instruyó mantenerlos.
Para Lemus, es curioso que desde el inicio de año se estén aprobando más préstamos y ahora se esté hablando de que hay que hacer recortes en diferentes rubros.