Los micro y pequeños empresarios del sector informal pagan hasta 1,869.4 % de intereses anuales por los créditos que les otorgan los usureros, reveló el estudio sobre “El crédito en el sector informal en El Salvador”, realizado por el Centro de Investigación de la Opinión Pública Salvadoreña (CIOPS) de la Universidad Tecnológica de El Salvador.
El CIOPS realizó en marzo recién pasado una actualización de información que le permitió conocer de manera cuantitativa la realidad del crédito que reciben muchos micro y pequeños empresarios del sector informal, y compararlo con los resultados de esta misma investigación realizada en 2019.
El tamaño de la muestra fue de 1,100 personas de los departamentos de San Salvador, Santa Ana, La Libertad, San Miguel y Sonsonate, con un nivel de confianza del 95 %.
Los siete riesgos para la economía mundial, según el FMI
El estudio revela que la tasa efectiva anualizada del crédito informal otorgado por usureros a marzo de 2022 es de 1,869.4% en las zonas investigadas, lo cual contrasta drásticamente con la tasa de interés efectiva máxima publicada el mismos por el Banco Central de Reserva (BCR) para las operaciones de crédito en el sector financiero formal, la cual no podía ser mayor a 82.7% anual.
El estudio de 2019 encontró que había un problema de acceso a financiamiento en la banca formal para los micro y pequeños empresarios, lo cual se mantiene en los hallazgos en 2022, pues este sector tiene dificultad para obtener crédito formal debido a la cantidad de requisitos, filtros y control de tasas que piden los bancos.
Además influye que se tardan mucho para concederlos, cuando los prestamistas lo hacen casi al instante.
“Existe una disminución de la tasa de usureros, pero no es suficiente, sigue siendo muy alta y hay un deterioro de la economía del emprendedor y pequeño empresario. Los pequeños comerciantes continúan accediendo a préstamos de usureros a diario, semanal, quincenal durante todo el año, eso genera una recurrencia en el pago de interés que al final el costo del financiamiento deteriora su economía”, dijo Mario López, experto del CIOPS, durante la presentación del estudio.
Este es el estado en EE.UU. donde el salario mínimo aumentó a $25 por hora
En 2019, el monto a nivel nacional de créditos por medio de prestamistas o usureros fue de $785,592,418 y en 2022 ha llegado a $617,580,557, por lo que refleja una reducción de $168 millones, lo que equivale a 18 %, pero la cifra sigue siendo alta, expuso López.
“Esos $617 millones es un número muy preocupante (porque) no pagan impuestos en primer lugar y el usurero siempre querrá más rápido el dinero, incluso si lo presta por la mañana, ya en horas de la tarde llega a los negocios a cobrar los intereses”, señaló López.
Según la encuesta, la gran mayoría de las solicitudes de estos créditos son de $1,000 o menos y con frecuencias altas, es decir que una misma persona estaría pidiendo mucho más arriba de 12 créditos.
“La usura continúa siendo elevada en el país. Pero esta leve disminución puede explicarse por varios factores, tales como la aprobación de la Ley para facilitar el acceso al crédito, vigente desde 2020, la cual eliminó algunas barreras de acceso al crédito formal para créditos de bajo monto, los cuales en su mayoría son objeto del presente estudio, y las facilidades de crédito dadas por los bancos y otras instituciones, considerando los impactos causados por la pandemia en los deudores cuyos ingresos se vieron afectados, en el marco de las normas técnicas emitidas por el BCR en 2020 y 2021”, explicó López.
El principal destino del crédito analizado en el estudio es para operar el negocio, específicamente para la compra de mercadería para la venta, ampliación del negocio propio, capital de trabajo para iniciar el emprendimiento, pago de deudas y salud.
Inflación en EE.UU. llega a 9.1% en junio, un nuevo máximo en 40 años
Otro dato que arroja la encuesta es que la pandemia desmejoró la situación financiera familiar, ya que el 45.8 % indicó que su situación económica está peor; el 38.6 % dijo que se mantiene igual que antes y el 15 % manifestó que ha mejorado.
“El estudio también revela que la pandemia por el Covid-19 desmejoró la condición financiera de las personas. Y ojo con eso, siete de cada diez entrevistados recurrirían nuevamente a la misma fuente de financiamiento, considerando que el 80 % de ellos hizo su préstamo con un prestamista informal”, agregó el experto.
Según López, deben buscarse maneras de aplicar la legislación contra la usura y las sanciones correspondientes al que otorga los créditos informales sin cumplir ningún requisito legal.
El presidente de la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa), Raul Cardenal, expresó que aunque se ha visto una leve mejora con los usureros, el problema persiste.
“El problema está con estos prestamistas que operan fuera tanto del sector formal y financiero. Y aunque hemos visto una leve mejora sobre este grupo de pequeños comerciantes, de los mercados sobre todo, están acudiendo en mayor número al sistema formal bancario y a las cooperativas de los trabajadores, pero es importante señalar que esa mejora se vio influenciada por el covid”, dijo Cardenal.
Caída en el precio del petróleo reducirá gastos en subsidios
El presidente de Abansa reconoció que en la banca formal existe mucha regulación, lo que lleva al pequeño empresario a acudir a los prestamistas informales.
“Son las leyes las que deben de establecer la disminución de los requisitos para el acceso a créditos y, sobre todo, en los controles de las tasas de interés para que la oferta de las instituciones formales puedan atender a este sector del comercio”, señaló el representante de la banca.
Según López, lo proyectos de emprendimiento pequeños tienen prácticamente un nulo avance o desarrollo si se financían por medio de usureros. “Esperanza de crecer o desarrollarse como negocio de manera plena si se financía con usureros es muy difícil, es casi imposible pagando tasas de 1,869 %”, apuntó.
Lo que recomienda el estudio es que se revisen los requisitos legales, los reglamentos, además de los niveles de riesgo que enfrentaría el sector formal.
“Los créditos para el sector informal son de alto riesgo, por lo que debe verse de forma integral, pues es un tema de negocio, por tanto no solo es bajar los requisitos, sino de análisis”, indicó López.