Según datos de la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples (EHPM) de 2022, publicada por el Banco Central de Reserva (BCR), la mayoría de la Población Económicamente Activa (PEA), un grupo que asciende a unos 2,997,102 salvadoreños, son las personas que se dedican al sector informal, muchos de ellos en el sector de las micro y pequeñas empresas (mypes).
Conocer datos específicos sobre este sector económico importante en el país es algo difícil actualmente, pues la información oficial o propia de las mypes es muy escasa, por lo que analizar a profundidad el contexto socioeconómico de los salvadoreños que pertenecen a ese grupo profesional también se vuelve una tarea difícil, hasta hoy.
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Debido a esto, y ante esa ausencia de información específica sobre la realidad de las mypes, el Observatorio Mype de la Fundación Salvadoreña de Apoyo Integral (Fusai) ha realizado un informe a profundidad a cerca de distintas aristas que se relacionan directamente con el papel de las micro y pequeñas empresas en el país, tanto desde una perspectiva económica como de una visión social.
De acuerdo con el fundador y presidente de Fusai, Luis Castillo, analizar a ese sector de la economía es algo importante, pues por lo general las mypes “son un poco invisibles por características como que es un sector muy atomizado y muy disperso” en el país.
En este sentido, Castillo explica que el informe “Estado de la mype 2023 - La otra cara de la economía”, el cual incluyó unas 13,000 encuestas a micro y pequeños empresarios, es el primer estudio de esta envergadura en el país, pues el último con información similar fue de los años 90, por lo que ya no se aplica a la realidad actual.
16 estudios parciales
Algo que es importante en el informe del Observatorio Mype es que el documento completo está formado por hasta 16 estudios parciales, los cuales incorporan datos estadísticos sobre 16 áreas distintas que se vinculan con el quehacer de las micro y pequeñas empresas.
Según el fundador de FUSAI, algunos de los puntos que aborda el informe en general son los relacionados con la inclusión financiera para los microempresarios, el nivel de adopción de tecnología que tienen, así como la situación de vida que tienen tanto los dueños de esas mypes como los asalariados, es decir, personas que laboran en estas micro y pequeñas empresas y que sus ingresos dependen de ello.
De acuerdo con Castillo, este sector de asalariados en las mypes asciende a cerca de un millón de salvadoreños, y señala que es una cantidad similar a toda la población que tiene trabajo formal en el país, la cual, según cifras de cotizantes en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), asciende a 943,219 salvadoreños.
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Además de estas aristas, el estudio del Observatorio Mype se centra, según sus autores, en otros puntos como el impacto de la migración en el sector, el uso de servicios financieros como acceso a créditos o cuentas de ahorro, entre otros.
El presidente de FUSAI destaca que el informe, que se comenzó a formular desde junio de 2020, ha sido construido con un alto nivel de rigor económico, y se busca que funcione como una herramienta de consulta para todos los sectores.
“El primer aporte que ofrecemos con este estudio es informativo, y esperamos que sirva para estimular un poco iniciativas para apoyar al sector de las mypes, porque vemos que este rubro es el colchón de la economía. Cuando hay crisis, este sector es el que más rápido se adapta”, apunta.
Las mypes y el desarrollo económico
El doctor en economía Gabriel Pleités, quien también forma parte del equipo de investigadores que trabajaron en el informe del Observatorio Mype, señala que antes de iniciar con el estudio “fue sorprendente observar el vacío investigativo que hay sobre las mypes en el país, y que muchas veces están casi ausentes en las discusión de políticas públicas”.
Debido a lo anterior, y que ese sector representa hasta dos tercios de las fuentes de trabajo en el país, el economista apunta que el implementar políticas de desarrollo económico enfocadas en las mypes sería algo más efectivo en el país, sobre todo, porque el crecimiento económico salvadoreño ha experimentado una desaceleración en el ritmo en el último año.
Pleités sostiene que, a nivel general, las micro y pequeñas empresas en el país se relacionan solo con negocios propios ubicados en zonas céntricas, como los mercados, sin embargo, añade que es un sector que va más allá y que impulsa la economía en áreas específicas como en la zona rural del país.