Cuatro propiedades ubicadas en la zona revitalizada del Centro de San Salvador fueron adquiridas por casi $7.5 millones por tres inversores en criptomonedas que tienen una relación cercana con el Gobierno de Nayib Bukele, según una investigación de la revista Factum.
Los empresarios son el italiano Giancarlo Devasini y los estadounidenses Raymond Friddell y Max Keiser. Este último es esposo de Stacy Elizabeth Herbert, la directora de la Oficina Nacional del Bitcoin en El Salvador, una funcionaria de la Administración Bukele. Keiser es uno de los principales asesores del mandatario en el tema.
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Giancarlo Devasini es el empresario detrás de Bitfinex, la compañía de la que ha provenido más del 80% de los Bitcoins que Bukele asegura haber depositado en la "billetera fría" propiedad del Estado salvadoreño. Devasini también ha tenido influencia en la elaboración de leyes reguladoras de los activos digitales en El Salvador, pues incluso estuvo presente en la Asamblea Legislativa cuando se aprobó dicha legislación en 2021.
Raymond Friddell es un gestor hotelero, quien está detrás de Sunrise Salvador Development, S.A. de C.V., la cual tiene un hotel en la playa El Zonte de La Libertad Costa llamado Garten Hotel. En este exclusivo hotel hubo una fiesta de bitcoiners, de la cual Keiser fue el anfitrión, según revista Factum.
Los edificios adquiridos por los tres bitcoiners están ubicados en una zona especial en la que se ha exonerado del impuesto sobre la renta a las inversiones realizadas allí a partir de la segunda mitad de 2023.
El inventario de edificios comprados
Según Factum, el edificio Morazán fue adquirido el 26 de julio de 2024 por la empresa GSV Hospitality por $1.03 millones. Esa compañía tiene como accionistas a los tres extranjeros mencionados, la cual adquirió otro inmueble un mes antes, el número 117 de la avenida Morazán, por $1.25 millones.
Y casi un año antes, los tres criptoinversores, mediante la misma empresa GCH Hospitality, también compraron por $1.7 millones, el 14 de julio de 2023, el edificio en el número 3 de la Segunda Avenida sur, a un costado de la Catedral Metropolitana y colindante con un edificio que ahora es propiedad de una empresa de la familia Bukele, según la investigación de Factum.
El reportaje agrega que ese último inmueble cuenta con una placa que lo identifica como la sede del Club Internacional, que tuvo como primer presidente de su junta directiva a Alfonso Quiñónez Molina en 1927, 16 días después de haber dejado la presidencia de El Salvador.
Además, el medio detalla que una empresa dirigida solo por el estadounidense Raymond Friddell, llamada Donna Desarrollos, compró el Edificio Veiga, que está ubicado en la esquina opuesta a la nueva Biblioteca Nacional de El Salvador (BINAES). El precio fue de $3.5 millones.
Ese inmueble fue construido en 1948 y propuesto como monumento relevante, de acuerdo al Listado de inmuebles inventariados con valor cultural en San Salvador, según el extinto Consejo Nacional para la Cultura y el Arte.