Al igual que los franceses, los italianos sufren de lleno la inflación, con un aumento del 12% en los productos alimenticios y del 20% en la pasta. Y a diferencia del Gobierno francés, que ha introducido un "escudo tarifario" o "trimestre antiinflacionista" para combatir la subida de precios, el italiano ha decidido no intervenir en los precios de los alimentos.
Según la asociación de consumidores Assoutenti, subraya el diario francés Le Parisien, las familias italianas de cuatro miembros gastan actualmente una media de 7.690 euros al año, frente a los 6.775 euros anteriores.
"Fuera de toda proporción"
Las asociaciones de consumidores denuncian los abusos de distribuidores y tiendas, que aprovechan el contexto económico. "El precio de la pasta está fuera de toda proporción con los costes de producción", ha declarado Furio Truzzi, el presidente de Assoutenti, en declaraciones recogidas por Euronews.
De hecho, el precio de este alimento indisolublemente ligado a Italia podría haber bajado como consecuencia de la caída del precio del trigo, pero no es el caso.
Por su parte, los fabricantes se defienden explicando que el precio del trigo no es el único factor que influye en el precio de la pasta, sino que también han subido los costes de la energía, el envasado y el transporte.
El objetivo de la huelga es ver si el boicot hará bajar los precios.