Los ingresos del Gobierno Central han aumentado $546 millones en los primeros seis meses del 2022 respecto al mismo periodo de 2021. El aumento ha sido del 17.2 %, de acuerdo a datos publicados por el Banco Central de Reserva (BCR) hasta junio de este año.
El Presupuesto General de 2022 es de $7,967.7 millones, de los cuales el gobierno proyectó que en concepto de impuestos y otros rubros ingresarían $6,205 millones; hasta junio ya recaudó $3,720.98 millones, es decir el 48 % de lo previsto.
Esos ingresos los obtiene el gobierno mediante la recaudación de tributos, mejor conocidos como impuestos. Algunos de esos tributos son el Impuesto Sobre la Renta (ISR) o el Impuesto al Valor Agregado (IVA), un gravamen del 13% aplicado a todos los productos adquiridos por los consumidores.
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Pero dada la tasa de inflación, es decir el encarecimiento de bienes y servicios, que en El Salvador ya supera el 7.8 % hasta junio de este año, el ingreso en impuestos es mayor. Eso implica que mientras a los salvadoreños les afecta su bolsillo, para el gobierno ha representado un beneficio, pues ha experimentado un aumento en la recaudación de ingresos provenientes del IVA.
Si un producto, antes de la presión inflacionaria, valía $0.75, $0.09 eran de IVA. Pero si ese producto subió a $0.85, lo correspondiente al IVA equivale a unos $0.11.
Esa dinámica con los bienes y servicios ha hecho que los ingresos del IVA aumenten 15 % entre junio de 2021 y junio de 2022. En junio de este año lo recaudado a través del IVA neto ha sido de $1,553 millones; $200 millones más que en junio de 2021. Además de la fuerte recaudación por medio del IVA, hay otros impuestos que también han mostrado un crecimiento en el mismo período.
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Entre tanto, el ISR aumentó 31%, pues de $1,278 millones que se recaudaron en junio 2021 pasó a $1,675 millones en junio de 2022.
Pese al aumento de los ingresos, el problema fiscal sigue ahí
“En los últimos cinco años, la deuda pública aumentó en más de 20 puntos porcentuales del PIB, colocándose dentro de una clara tendencia hacia la insostenibilidad”, explica el doctor en economía William Pleités en su más reciente libro “La economía salvadoreña después de la Independencia. Por qué estamos como estamos”.
De acuerdo al experto, esto ocurre debido a que el gasto público, particularmente en subsidios, programas sociales y remuneraciones, aumentó más que los ingresos tributarios.
“La calidad del gasto continuó siendo muy deficiente, con insuficiente inversión en desarrollo humano, capital físico y políticas sectoriales, por un lado; y elevados gastos en administración, servicio de la deuda pública, defensa y seguridad, por el otro”, señala Pleités.
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No obstante, ahora mismo El Salvador tiene la mayoría de su Producto Interno Bruto (PIB) comprometido en deuda. En palabras del economista José Luis Magaña, la deuda actual representa $0.83 de cada $1 que produce, y esta deuda sigue incrementándose cada vez más. Hasta mayo 2022, el país debía $24,579.67 millones en deuda externa e interna.
Por otra parte, y como consecuencia del manejo de las finanzas públicas, el riesgo país de El Salvador, medido a través del Índice de bonos para mercados emergentes (EMBI, por sus siglas en inglés), se ha incrementado.
El 31 de mayo de 2019, un día antes de que Nayib Bukele asumiera las funciones de la presidencia, el riesgo país estaba en 4.96 puntos. Mientras que al 17 de mayo de 2022, de acuerdo al mismo indicador, llegó a los 24.34 puntos, es decir aumentó 490 % el riesgo de impago.