La inflación en Japón se elevó al 2.8% en agosto, su nivel más alto desde 2014, según los datos gubernamentales publicados el martes.
La última vez que se llegó a estas cifras, los precios habían subido artificialmente por un aumento del IVA. Si se excluyen los periodos afectados por cambios impositivos, esta inflación es la más alta en casi 31 años.
Los datos del Ministerio de Asuntos Internos muestran que la electricidad, el gas y el petróleo son los principales motivos del aumento de precios.
El incremento de agosto viene precedido por una subida del índice de precios al consumo (IPC) del 2.4 % de julio y otra del 2.2 % en junio, y supone el quinto mes consecutivo en el que el aumento de la inflación se sitúa por encima del objetivo del 2 % planteado por el Banco de Japón (BoJ).
Este índice llega antes de una reunión del Banco de Japón que, a diferencia de otros bancos centrales, ha optado por no subir tasas y mantener su política monetaria ultraflexible, entendiendo la inflación como algo excepcional vinculado a la guerra en Ucrania.
Esta política ha hundido el valor del yen, que ha caído a mínimos respecto al dólar, algo no visto en décadas.